Expertos recomiendan apostar por cribados poblacionales para el cáncer de cérvix

Con motivo del Día Mundial de la Prevención del Cáncer del Cuello Uterino o Cérvix, la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO), recuerda la importancia de la prevención de este tipo de tumor, que según cifra la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), será diagnosticado a más de 2.300 mujeres este año en España, un 18% más que en 2022.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en más del 95% de los casos este tipo de tumor está vinculado a la infección de transmisión sexual causada por el virus del papiloma humano (VPH), que afecta tanto a hombres como mujeres. Se trata de una infección que se estima que afecta a lo largo de su vida al 80% de las mujeres sexualmente activas, derivando en un tumor en el cérvix en el 0.1% de los casos. Aunque la vacuna contra el papiloma humano está demostrando ser “la mejor forma de prevención”, los expertos recuerdan que “no protege contra todos los subtipos, por lo que la realización periódica de pruebas de detección es también clave para detectar en fases tempranas esta enfermedad que, diagnosticada a tiempo puede tratarse con gran efectividad”, subraya el Dr. Piñero Sánchez, jefe del Servicio de Ginecología del IVO.

Tumor más frecuente en mujeres mayores de 30 años

“Nos encontramos ante un tipo de tumor que presenta síntomas en fases avanzadas, por lo que cuando nos llega a la consulta, muchas veces es tarde”, señala el doctor Piñero. Entre los síntomas está el sangrado vaginal tras las relaciones; el dolor lumbar tipo cólico renal, mantenido durante semanas; manchado entre o después de la menstruación, o sangrado menstrual que es más prolongado y abundante que lo habitual, entre otros.

Sin embargo, los programas de prevención precoz permiten detectar las lesiones premalignas antes de que se instaure el cáncer invasor. “Ojalá en otros tipos de tumores tuviéramos un programa de prevención tan eficaz, que no infalible, como tenemos con este tipo de cáncer”, subraya el Dr. Piñero.

Los doctores Enrique García, Alicia Garrido y Óscar Piñero.

Las pruebas de detección precoz incluyen la citología cervical, también conocida como prueba de Papanicolaou, que puede detectar las condiciones precancerosas del cuello uterino antes de que se conviertan en cáncer. “Nos encontramos el cambio de paradigma al haberse incorporado a los programas de prevención las tomas de virus del VPH”- subraya el Dr. Piñero. Pruebas que pueden ayudar a detectar cambios en las células del cuello uterino que podrían conducir al cáncer. Y añade, “Lo ideal sería que este cribado fuera poblacional, como el cáncer de mama, y no oportunista como es ahora, donde la paciente acude por síntomas o se realizan pruebas de control sin aviso previo”.

En la Comunidad Valenciana las citologías de cribado se realizan cada 3 años en mujeres mayores de 25, y la toma de muestras para detectar el VPH se realiza cada 5 años en mujeres mayores de 30 años.

Las vacunas han demostrado ser claves en la protección frente al VPH, infección que juega un papel importante en la causa de la mayoría de tipos de cáncer de cuello uterino. “Estudios recientes nos hablan de que su uso generalizado disminuye en forma drástica el número de mujeres que tendrán cáncer de cuello uterino. Es una muy buena noticia”, subraya el Dr. Piñero quien recuerda además el uso del preservativo y el abandono del hábito tabáquico “entre las estrategias preventivas importantes a tener en cuenta”.

Cirugía robótica: técnica en el abordaje del cáncer de cérvix

Aunque el principal tratamiento del cáncer de cuello uterino sigue siendo el quirúrgico, se puede emplear radioterapia combinada con quimioterapia. En ocasiones la radioterapia sirve como adyuvante tras la cirugía para disminuir las posibilidades de que la enfermedad pueda reaparecer en la zona de la intervención. “En ese sentido, en el IVO se estudia el diagnóstico de cada paciente en el Comité de Tumores, donde un equipo multidisciplinar valora y planifica cómo abordarlo”.

En 2022, el IVO atendió a 26 mujeres con cáncer de cérvix. De ellas, 22 pacientes fueron intervenidas mediante cirugía robótica o combinado con laparotomía. “La cirugía robótica aplicada al campo de la oncología ginecológica nos ofrece mayor precisión en nuestra cirugía y aporta grandes beneficios para nuestras pacientes como una mejor y más rápida recuperación, menor dolor postoperatorio etc.”, recuerda el jefe del Servicio de Ginecología del IVO.

Sobre la posibilidad de ser madre tras sufrir cáncer de cérvix, el Dr. Piñero es optimista en aquellos casos que las condiciones lo hacen favorable: “Si el caso lo permite, nosotros apostamos siempre por técnicas quirúrgicas de preservación de fertilidad. Sin embargo, en ocasiones nos encontramos con factores que nos obliga a añadir un tratamiento de radioterapia pélvica, lo cual dificulta que la paciente pueda preservar la fertilidad”. Y repasa los tipos de cirugía: “Dentro de las que permiten preservar la fertilidad, tenemos la conización cervical en los casos muy iniciales microscópicos, y la traquelectomía radical para casos más avanzados, pero aun con tumor pequeño y localizado, que permite preservar el cuerpo uterino para futuros embarazos”. “Por otra parte tenemos la histerectomía radical con distintos grados de radicalidad dependiendo el caso, en la cual se debe intentar la preservación nerviosa para evitar problemas con la micción”. En ambos casos se debe hacer un estudio ganglionar usando la técnica del Ganglio Centinela, “que nos permite ser más selectivos en nuestra cirugía con muchas menos complicaciones.

Unidad de diagnóstico precoz

El centro oncológico valenciano cuenta desde 1982 con una Unidad de Diagnóstico Precoz en cáncer ginecológico orientada a la detección de los tumores de cuello de útero o cérvix en etapas iniciales. En 2022, esta Unidad realizó más de 4.000 revisiones.