Rufián por fin abjura del nazismo
Ni siquiera atenderá ya a sus guasaps, ni aunque Iglesias hace tiempo lo haya encumbrado a la dirección del Estado. Español se entiende.
Así es. Deo Gratia y tal vez sinceramente arrepentido de tantos años de acérrimo y párvulo seguidor de los supremacistas maestros Heribert, Barrera por supuesto, y de Junqueras, Oriol, últimos abogados en Europa de la superioridad racial e incluso de la cadena de ADN de los fills del Principat, junto a tal vez Karadzic, Radovan, y algún otro perturbado skinhead que aún pulula por la ciudadela.
Este tan a la vez coherente dizque independentista que succiona religiosamente todos los meses, años y trienios, sin un céntimo perdonar, de las lúbricas mamas de la monarquía parlamentaria española, tan católica como romana, abans de Joan Carles, hui de Felipe, con sede en la metrópoli opresora y militarista de Madrid, y sin expresar jamás ni un remilgo, ni una queja. Por más que sabido es como le apestan los pies.
Anda éstos días más que alborotado tildando sin parar de nazis a los barceloneses que seguidores de Dani Desokupa, en turba se manifiestan con tal de que abandonen su bunker de la Bonanova un grupúsculo de incontrolados, que como Goebbels o Adolfo en los estertores de su milenario reinado, han perjurado morir antes de desertar. Pues estos serán cutremente reducidos y esposados por los Mossos en cuanto Trias tome el mando en plaza. Un suponer.
Pues hete que Gabriel también ha prometido por estas que jamás siquiera volverá a dialogar con Arnaldo, el otro nacionalsocialista, que como reliquia totémica de Gernika con orgullo arqueológico podemos exhibir al mundo, ese híbrido litúrgico entreverado de Pol Pot y Castro, Raúl. Ni siquiera atenderá ya a sus guasaps, ni aunque Iglesias hace tiempo lo haya encumbrado a la dirección del Estado. Español se entiende. Como tanto gustaba decir a Su Excelencia. No como Alberti o la Pasionaria, que a diferencia de Baldoví siempre decían España.
Pues eso.
(*) Jaime Navarro es abogado