El maniqueísmo del PSOE: De "Gürtel o Volkswagen" a "los años 30 o el 2030"
El líder de los socialistas vuelve a utilizar disyuntivas para reducir todo a blanco o negro y trata de dibujar una retrógrada imagen de PP y Vox con este eslogan en la campaña del 23-J.
Pedro Sánchez, Ximo Puig y Amparo Marco, en un mitin en Castellón.
Si durante la campaña electoral de las elecciones autonómicas el mantra que repitió el PSOE fue "Gürtel o Volkswagen", aquel que lo patentó, el presidente del PSPV, Ximo Puig, tiene ya el nuevo lema de la campaña electoral a las generales del 23-J.
Los socialistas están más preocupados por el debate ideológico que de proponer un programa con medidas convincentes para el electorado. En esta línea, han pasado de centrar su ofensiva en los anteriores casos de corrupción a intentar presentar una imagen de gobierno retrógrado con Vox. Cambia el principal enemigo, ya no es el PP, sino el aliado del PP. Y no les descalifican por la inexperiencia en la gestión, sino por su postura sobre la violencia contra las mujeres.
Este miércoles Ximo Puig ha resumido bien en un enunciado el argumentario de su partido durante la campaña: se votará "la España de los pasados años 30 o la que mira hacia el 2030". Y es que el pronto expresidente de la Generalitat tiene la habilidad de usar como arma con elegancia el reductio ad absurdum. ¿Modificar el término género producirá excarcelaciones de violadores? A Puig le encanta plantear el mundo en forma de disyuntiva. "España o anti-España", "el pasado o el futuro", "Gürtel o Volkwagen", "corrupción o antídoto", son solo algunos ejemplos.
Tal vez haya tomado esta táctica de quien elevó la estrategia del maniqueísmo al nivel del descaro; fue la líder de la coalición nacionalista, Mónica Oltra, con la distinción explícita entre "los buenos y los malos" que repetía sin cesar: "Han ganado los malos", lamentaba entre lágrimas cuando fue cesada con derecho a paro tras su imputación por el supuesto encubrimiento de los abusos sexuales a una menor por parte de su exmarido.
Al final, que en cada comparecencia de cada líder socialista se hable de la postura de Vox sobre la violencia de género no hace otra cosa más que darle visibilidad. Quién le iba a decir a Santiago Abascal que su altavoz serían los propios barones de Sánchez.