Pánico en el PSPV: Rodríguez no da su brazo a torcer y la Diputación se aleja

El PSPV-PSOE podría llevarse un disgusto gordo sin ni siquiera haber visto aún el resultado del 23 de julio donde las encuestas pronostican otro palo, y ese disgusto además puede venir de la mano de un ex compañero, Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent y líder de Ens Uneix, que tiene en su mano el futuro gobierno de la Diputación de Valencia, la única institución que podría presidir la izquierda al estar los bloques PP-Vox y PSOE-Compromís empatados y el único diputado de Ens Uneix tener el desempate.

Pero la desazón ya invade a los socialistas valencianos y a sus satélites porque Jorge Rodríguez no da su brazo a torcer y tras lanzar el órdago de que su diputada, Natalia Enguix, se va a votar a sí misma -lo que significa que o la Diputación es para el PP o la presidiría Ens Uneix si PSOE y Compromís ceden-, ahora reconfirma esa postura.

De nada ha servido las buenas palabras de Ximo Puig y de otros dirigentes socialistas hacia Jorge Rodríguez para limar asperezas tras el caso Alquería que acabó con Rodríguez fuera del PSPV. El alcalde de Ontinyent ha sido claro: "desde Ens Uneix pensamos que, por ahora, con la actual dirección de Ximo Puig al frente, el PSPV no es un partido fiable para conducir la Diputación de Valencia”.

Vamos, que el problema no es Carlos Fernández Bielsa, el aspirante socialista a la Diputación -que según Rodríguez "no tiene un apoyo claro y decidido de la dirección del partido"- , sino el propio Ximo Puig. Así que o el PSPV se rebaja y da su voto a Ens Uneix, o el popular Vicent Mompó acaba presidiendo la Diputación.

Eso sí, Jorge Rodríguez abre una puerta: “en el momento en que el PSPV-PSOE vuelva a ser para nosotros un partido fiable no tendremos ningún inconveniente en reconsiderar esta postura y propiciar los cambios pertinentes". Es decir, que sin Ximo Puig, podría hacer una moción de censura a mitad legislatura.

Mientras tanto, desde Compromís como desde entidades de memoria histórica regadas con dinero público durante los años de gobierno del Botànic cunde la desesperación por perder la Diputación, la única institución en la que podrían seguir con subvenciones públicas, y están presionando a Ens Uneix para que reconsidere su postura.