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Las tres Españas

Si la derecha española, el PP, quiere gobernar: o bien supera  la actual división y refunda un gran partido de Centro Derecha, liberal y conservador, o se replantea su político autonómica.

Un niño observa la intervención telemática de Puigdemont en el mitin central del partido JxCAT, a 16 de julio de 2023, en Amer, Girona.

Publicado por
Josep María Felip

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Todo esta dicho por todos en el análisis de los resultados de las Elecciones Generales del pasado 23-J para comprender lo ocurrido. Hasta Narciso Michavila se ha explicado y todos coinciden en un escenario político inestable. O casi todo.

Sumamos dos grandes bloques, derecha e izquierda, y resulta que la derecha –PP y VOX- suma 11 millones 113 mil votos, el 45,43% con 169 diputados, frente a una izquierda –PSOE y Sumar- que suma 10 millones setecientos mil votos, el 44,01% con 153 diputados. Pero en esa clasificación falta un tercer bloque, regionalista y nacionalista, con 1 millón 782 mil votos, el 7,27 % con 28 diputados. Tres bloques con tres formas diferentes de entender España en el marco de la Constitución de 1978. Y esos números con más del 70% de participación.

Al PP le han faltado 500 mil votos de Vox para superar los 145 escaños

La melancolía surge cuando, con la máxima movilización de la derecha, no se alcanza el objetivo marcado por los estrategas del PP. Este era, al menos, superar 145 escaños, con Vox alcanzando la mitad de los que tenia, esto es: 31 escaños, después de haber fagocitado parte de Ciudadanos. Al PP le han faltado 500 mil votos de Vox para superar los 145. Y, si bien el PP ha ganado las elecciones, la posibilidad de formar gobierno se presenta complicada por la poca capacidad de hacer amigos en el tercer bloque de los 28. Efectivamente, entre los 28, o todos, le resulta más fácil a la izquierda encontrar aliados para superar la barrera de los 176 diputados, o la mayoría relativa calibrando el precio.

Qué nostalgia de Convergencia i Unió, cuando le dio a Aznar la gobernabilidad en 1996 con el Pacto del Magestic, porque Puigdemont no es Jordi Pujol y el PNV ya ha dicho que no cuenten con él. Y no digamos ERC, Bildu, CC o BNG. Ese bloque no desaparecerá, seguirá ahí, y tal como sostenía Ortega y Gasset en 1932, cuando el Estatuto de Cataluña, habrá que aprender a conllevarlo.

Si la derecha española, liberal y democristiana, el PP, quiere gobernar: o bien supera la actual división y refunda un gran partido de Centro Derecha, liberal y conservador, ya difícil porque la derecha radical, Vox, ha venido para quedarse, como en el resto de Europa, pero no imposible, y con mas de 11 millones de votos, cerca del 50%, se garantiza la mayoría absoluta. O bien se replantea su política autonómica, al margen de Vox, que vaya más allá de la buena gestión y la descentralización territorial tal como adelantaba en su día Herrero de Miñón. Y busca amigos.

Para las otras opciones, como es la Gran Coalición a la alemana falta aun cultura política en el PSOE, y la de cambiar la Ley electoral, la LOREG, dando representación solamente a los partidos de circunscripción nacional, Rajoy no lo hizo con mayoría absoluta y sin fisuras en el espacio de la derecha; él sabrá porque se le olvidó. Como tampoco está ahora por la labor la izquierda, porque en ese escenario, y perdiendo votos elección tras elección, siempre podrá encontrar aliados entre los 28 diputados fáciles de convencer asustados por aquello del “No pasarán” que recuerda al Madrid asediado de 1936. Tres Españas que no dos.

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