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La 'inoperancia' de Vox en la Comunitat acaba con cargos a dedo desde Madrid

La falta de liderazgo en la formación tras la pérdida de protagonismo de Gil Lázaro ha provocado que los pesos pesados valencianos hayan quedado en un segundo plano en la toma de decisiones.

Ignacio Gil Lázaro y Santiago Abascal a su llegada a la sesión constitutiva de las Cortes de Valencia - EUROPA PRESS

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Sergi Tarazona

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Cuando todo parecía propicio para Vox, siendo claves en algunos gobiernos autonómicos y mostrándose como la alternativa para los votantes de derechas más desencantados con el PP, los malos resultados electorales del 23 de julio y el 'descontrol' en algunas administraciones de las que forman parte han provocado un terremoto interno con réplicas en la Comunitat.

Ayer, tras la salida de Iván Espinosa de los Monteros, se reafirmó que el rumbo que iba a tomar Vox durante los próximos meses lo iba a marcar el ala más radical del partido. Esta decisión, que a priori no tendría que afectar a las diferentes delegaciones autonómicas de Vox, tiene un gran calado en la Comunitat al considerar, desde Madrid, que en la 'sucursal' valenciana no existe ningún perfil similar a lo que ahora se está buscando.

Este podría ser el motivo por el cual las decisiones de Vox en la Comunitat Valenciana se toman más desde Madrid que desde Valencia. Y aquí, ante la pérdida de poder de Ignacio Gil Lázaro, presidente del partido en la provincia de Valencia, responsable de la elección de Carlos Flores, candidato a la Generalitat en las pasadas elecciones autonómicas del 28 de mayo -señalado por lo de su divorcio- y Juan Manuel Badenas, candidato en las locales, con un pasado que enturbiaba un posible acercamiento con la candidata popular y actual alcaldesa, María José Catalá, desde Madrid, Ignacio Hoces, persona de confianza de Santiago Abascal, hace y deshace a su antojo relegando a las cabezas visibles de Vox en la Comunitat, que han estado en la oposición durante estos años, a un perfil meramente secundario.

Malestar interno

La ausencia de un líder en Valencia se ve en algunas decisiones como que un 'sacerdote' convenza a Abascal para poner a su sobrina de consellera o que se mantengan cargos del Botànic en consellerias de Vox ante la falta de perfiles, dentro del partido en la Comunitat, para poder ocupar estos puestos. Tal es la falta de protagonismo de los diputados de Vox en la anterior legislatura, que desde Madrid ni se les considera para ocupar ese segundo escalón de la administración, como si han hecho algunos diputados del PP renunciado a su acta para ocupar secretarias generales, direcciones autonómicas, etc. Estas decisiones han generado un malestar interno en la delegación de la Comunitat que ven como, con el modelo actual, están atados de pies y manos a la hora de poder actuar.

Lo cierto es que la situación actual de Vox en el territorio valenciano dista mucho de lo que debería de ser. Sin apenas fuerza en las administraciones, más allá de algunos consellers que son más cercanos al PP que al propio Vox, todo apunta que la 'inoperancia' territorial del partido podría acabar consumiéndolos.

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