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¿Ximo Puig ministro? Usa la polémica de las lenguas para posicionarse

El dirigente socialista, pese a ser ahora sólo senador, vende que ha negociado con Armengol el “catalán/valenciano”, encajando en el perfil dialogante con los catalanes del sanchismo

Ximo Puig con la dirección del PSPV

Publicado por
Enrique Martínez

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¿Está jugando Ximo Puig a posicionarse de cara a un hipotético futuro gobierno de Pedro Sánchez? La maniobra del ex presidente de la Generalitat, aprovechando la polémica de las lenguas cooficiales en el Congreso y Europa y vendiendo a bombo y platillo su papel mediador con Francina Armemengol para que reconozca el “catalán/valenciano” parece encajar en una estrategia de visibilidad en Madrid del que ahora sólo es senador territorial.

Ximo Puig, saltándose el Estatuto d’Autonomia de la Comunitat Valenciana que deja claro que la lengua se llama “valenciano”, salió a presumir de que había negociado con la presidenta del Congreso que ésta se refiriera a la lengua como “catalán/valenciano” después de que en un inicio tanto Armengol como Pedro Sánchez sólo hablaran de catalán, una decisión que ha provocado la protesta de la Generalitat Valenciana de Carlos Mazón que pide respeto a las señas de identidad valencianas.

El ex presidente valenciano, pese a que ya no tiene funciones ni autoridad para ello, intenta arrogarse una solución al conflicto de las lenguas de acuerdo a las tesis catalanistas, que no quieren la separación entre catalán y valenciano, asunto que en la Comunitat Valenciana es visto como una afrenta.

Esta posición de Ximo Puig de buscar un equilibrio con los independentistas catalanes encerraría otro motivo: el situarse como un hombre de consenso ante la nueva legislatura y un posible futuro gobierno de Pedro Sánchez que va a estar atado por las exigencias de ERC, Bildu y sobre todo del Junts de Carles Puigdemont, es decir, por la agenda catalana.

En este nuevo panorama de un sanchismo rehén de los catalanes, perfiles como el de Ximo Puig pueden servir para tender puentes y facilitar la relación. Puig en su día ha tenido buenas relaciones con Pere Aragonès y sus gobiernos del Botànic han cultivado la conexión -subvenciones de por medio incluidas- con las asociaciones catalanistas y el catalanismo cultural. El ex presidente encaja con el discurso de la “mayoría plurinacional” que se vende desde Moncloa.

Ahora, ese perfil en Madrid, como ha ocurrido con la ex presidenta balear Francina Armengol -que también está bien vista por el catalanismo y defiende postulados como los ‘paisos catalans’-, gana enteros y Ximo Puig podría culminar su carrera política como ministro de Pedro Sánchez si el socialista logra la investidura, o como un alto cargo en el Gobierno. Un perfil que puede ayudar al sanchismo en sus necesarias relaciones con el independentismo catalán.

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