Los cinco símbolos de Catalá que desmontan y desquician a Compromís
La alcaldesa de Valencia no sólo ha hecho una apuesta por la limpieza y la seguridad, también ha tomado decisiones que corrigen polémicas del anterior equipo de Ribó… para su disgusto
Tras las elecciones del 28 de mayo llegó el cambio al Ayuntamiento de Valencia con María José Catalá de alcaldesa sustituyendo a Joan Ribó. Un cambio que se está haciendo notar en la apuesta de Catalá por mejorar la limpieza o la seguridad… Pero también en pequeños símbolos que desmontan las políticas más polémicas de Compromís en Valencia, para disgusto de los de Ribó que ven que su recuerdo se va como un mensaje en la orilla del mar.
María José Catalá ha tomado una serie de decisiones que simbólicamente demuestran que Valencia deja atrás el sectarismo de Compromís, acostumbrado a imponer su agenda ideológica incluso por encima de sus socios del PSOE. Estos símbolos se pueden resumir en cinco.
El cambio de nombre de Valencia. Joan Ribó cambió por su cuenta y razón el nombre de la ciudad, algo que debería ser objeto de consenso, y así Valencia pasó a ser València en exclusiva, con la tilde de la pronunciación catalana. María José Catalá ha decidido devolver la denominación en castellano de Valencia, que es la más reconocida y usada, y aprobar la doble denominación en valenciano pero con un matiz: el acento será cerrado, Valéncia, como pronuncian los valencianos, algo que Compromís y PSOE intentan boicotear.
Justicia para Rita Barberá. El anterior equipo de Joan Ribó se negó a dar cualquier reconocimiento a la que fuera alcaldesa de Valencia 24 años. María José Catalá se ha propuesto darle el homenaje que merece y Rita Barberá ya es alcaldesa honoraria y el Puente de las Flores llevará su nombre.
El monolito del 15M. Un feo ladrillo amarillo en medio de la Plaza del Ayuntamiento para conmemorar el 15M fue una ocurrencia de Compromís que hasta molestó a sus socios del PSOE. El ladrillo ahí sigue, pero será retirado antes del próximo 9 d’Octubre, Día de la Comunitat Valenciana, poniendo fin a uno de los esperpentos de Ribó.
El toro embolado. Bajo la excusa del animalismo, el gobierno de Compromís y PSOE prohibió los toros -los bous al carrer- en las pedanías de Valencia, algo que por cierto no hacen en el resto de municipios donde gobiernan, generando una discriminación. El gobierno de Catalá ha atendido la reivindicación de las pedanías y les ha dado libertad para celebrar festejos taurinos, algo que han acogido con agrado, mientras socialistas y nacionalistas practican su doble moral de criticar en Valencia los toros que luego organizan y aplauden en el pueblo de al lado.
La Real Senyera y el Te Deum. Una de las primeras decisiones de Joan Ribó fue cargarse el Te Deum de los actos del 9 d’Octubre, o dicho de otro modo, que la Real Senyera entre en la Catedral. Una decisión sectaria que olía más a anticlericalismo que a otra cosa. María José Catalá ha recuperado el recorrido tradicional y la Real Senyera entrará en la Catedral, y si a Compromís y PSOE no les gusta, que se queden en la puerta.
El Ejército en Expojove. Compromís también mostró su desprecio al Ejército eliminando su presencia de Expojove, la feria de niños y jóvenes que se realiza en Navidad, pese a que el stand del Ejército era de los más visitados. Luego intentaron matizar admitiendo sólo a la UME, pero el gobierno de María José Catalá devolverá al Ejército a Expojove para que los niños conozcan la labor de las Fuerzas Armadas. Se acabó el antimilitarismo.