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Laxa sesión de control a Mazón con el PP acaparando el hueco de Cs y Podemos

El presidente sale crecido de la primera sesión de control en la que PP ocupa el tiempo libre que han dejado los partidos extintos y ejerce de Gobierno y oposición a la vez.

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en la primera sesión de control de esta legislatura en Las Cortes Valencianas / ESdiario.

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El primer pleno ordinario y sesión de control al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, de esta legislatura ha sido un regalo para el 'president', que se ha llevado la victoria del debate en Las Cortes. El PP jugaba con ventaja, pues en este partido la mitad de los delanteros no trataban de marcar al portero Mazón, sino que jugaban en su propio equipo. Con dos grupos parlamentarios menos que antes en el hemiciclo, el PP se ha autoadjudicado el tiempo de intervenciones disponibles que han dejado Ciudadanos y Podemos, asumiendo por primera vez el rol de Gobierno y a su vez de oposición. Han planteado preguntas "masaje", según ha criticado la oposición, que ha dirigido su blanda ofensiva a los pactos con sus socios de Vox.

La salida de Ciudadanos y Podemos de Las Cortes supone que haya tiempo libre en el debate, es decir, que los 120 minutos de intervenciones ahora deberían de reorganizarse. La decisión para repartir ese tiempo libre tomada por La Mesa de Las Cortes, el máximo órgano de dirección presidido por Vox en el que junto a PP el Consell tiene mayoría, ha levantado ampollas en la oposición. PSOE y Compromís hablan de "censura" y les acusa de limitar su acción de fiscalización. Por primera vez, el partido del presidente hace una pregunta al propio presidente mientras que el PSOE antes no preguntaba a Ximo Puig, sino Compromís a los socialistas y viceversa.

Ha sido el portavoz del PP Miguel Barrachina, quien ha asumido el papel de "oposición" a Carlos Mazón. Barrachina ha sido el primero en subir a la tribuna en el hemiciclo. Le ha preguntado si "va a ser fiel a los valencianos", reprochando que el anterior Botànic apoye el puerto de Barcelona y haya tratado de frenar el avance del de Valencia. "¿Cómo va activar la Comunidad Valenciana que está a la cola de casi todo, en deuda per capita, colas en sanidad, en dependencia, en situación de pobreza, colas en violencia contra la mujer duplicada en la ultima legislatura", ha finalizado.

Sin duda, una pregunta que sirve más de alfombra roja para el presidente que para el control. De hecho, el propio Mazón ha reconocido y agradecido "el buen resumen" de su compañero de partido como "diagnóstico". Ha aprovechado este trampolín para criticar la "herencia" que deja el anterior gobierno progresista: 58.000 millones de euros en deuda. "La peor de toda España y la peor de toda la historia de la Comunidad Valenciana", ha lamentado.

Vox ha dado un giro desde su entrada en el Gobierno valenciano. Ha pasado de mostrarse crítico con "la derechita cobarde" del PP a aplaudirle entre sonrisas e incluso defenderles. "Habrá que traer una caja de tila porque algunos están nerviosos, presidente", ha dicho la portavoz Ana Vega -quien aseguraba que Vox iba a fiscalizar al PP- después del tenso enfrentamiento entre el alterado Joan Baldoví de Compromís y Mazón. La pregunta de "control" de Vox no ha sido más que una veneración de la medida estrella del PP, el recorte en altos cargos de la administración.

"Después de este baño y masaje como le hacía Blasco a Camps, ahora sí comienza la sesión de control", ha ironizado la portavoz del PSPV, Rebeca Torró, que ha sido la siguiente en subir a la tribuna. "Me gustaría que la oposición le haga la oposición y no el propio Gobierno", ha añadido el socialista exconseller Arcadi España desde su escaño. "Después de esta sesión de control del Gobierno al Gobierno no se si sentarme y que me pregunte el vicepresidente a mí", ha afeado el socialista Jose Chulvi.

Los 'populares' también han acaparado tres preguntas más a los consellers, en lugar de repartirlas otorgando una más a la oposición. Del mismo modo que al presidente, el PP se ha "fiscalizado" a sí mismo con tres cuestiones a sus propios consellers. "Gracias, gracias, por su dedicación", adulaba en varias ocasiones la diputada del (PP) Noelia Císcar a la consellera Ruth Merino (PP), sirviendo su pregunta de "control" como bandeja de plata para lucir la ya anunciada reforma fiscal.

Asimismo, la diputada Elena Bastidas ha preguntado a la vicepresidenta Susana Camarero por el incremento en las denuncias de violencia de género, que ha servido a Camarero para recuperar el caso del escándalo de Mónica Oltra y la otra herencia del Botànic, la gestión de los centros de menores.

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