Runrún en Compromís: hacer lo mismo que Podemos si Sumar no aporta
Los de Joan Baldoví no han rentabilizado aún la coalición con Yolanda Díaz salvo para un buen sueldo para sus dos diputados. El paso de los podemitas abre el debate entre la militancia
Podemos ha dado el paso que muchos esperaban desde hace semanas: romper la coalición con Sumar y que sus cinco diputados pasen al grupo mixto, fuera de la disciplina de Yolanda Díaz y donde podrán negociar por libre con el Gobierno de Pedro Sánchez. Más allá de ser decisivos o no, en el fondo de la ruptura están las diferencias irreconciliables. El paso de Podemos sin embargo puede servir de anticipo a otros partidos que concurrieron con Sumar si no se cumplen las expectativas, y ese es el runrún que recorre Compromís tras la decisión de los podemitas.
Militantes de Compromís, sobre todo los más críticos con diluirse en Sumar y que defienden una voz propia, ven en la maniobra de Podemos una justificación para plantear a sus dos diputados, Àgueda Micó y Alberto Ibáñez, que también se vayan al grupo mixto y hagan valer sus dos votos negociando con el PSOE en una legislatura donde cada voto es decisivo para la mayoría del Gobierno.
Los críticos recuerdan que Compromís, por ahora, no ha sacado ninguna ventaja de la asociación con Sumar salvo pasar de una a dos actas de diputado en el Congreso. Sus diputados no han intervenido en los debates de investidura ni han negociado directamente con el PSOE, y Compromís por ahora ni siquiera tiene cargos en el Gobierno a diferencia de otras formaciones coaligadas con Sumar.
Si no hay beneficio ¿Para qué seguir en Sumar? Más cuando otros como Podemos dan el paso. Compromís además tiene antecedentes. Cuando concurrió en coalición con Podemos en las generales de 2015 y 2016, los diputados de Compromís no se integraban en el grupo de Podemos y se iban al mixto para tener más voz. Ahora con Sumar sin embargo no se ha repetido el esquema. La cúpula de Compromís, encantada con Yolanda Díaz, no quiere oír hablar de este movimiento, pero la militancia y muchos dirigentes que no tienen sueldo público ahora encienden el debate.