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La izquierda desnortada

Gobernar desde y para lo ideológico, anteponiendo intereses ficticios a los reales, orillando la legalidad, y despreciando la eficiencia es el peor servicio a la ciudadanía.

El vicepresidente primero del Consell, Vicente Barrera.

Publicado por
José María Lozano

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Empiezo hoy, antes de terminar este año convulso, una nueva serie de reflexiones más o menos periódicas en relación con los tiempos -y los acontecimientos- que nos está tocando vivir. Y conste que, más allá de principios fundamentales como la dignidad, la igualdad y la libertad de las personas y los pueblos, desconfío de dogmas y “verdades universales”, de certezas impuestas por terceros en ausencia de la crítica individual y responsable (“Combat d'incerteses” tituló el arquitecto Oriol Bohigas en 1989 su diario de recuerdos).

No se puede perder lo que no se ha tenido, y la RAE -siempre la RAE- considera el verbo “desnortar” propio de quien pierde la dirección, del que está desorientado. Que me aspen si no es lo que le está pasando ahora mismo a la izquierda española en general y a la valenciana en particular. Básicamente al PSPV y sus antiguos socios “botánicos”. Aunque cabe reconocer que los comunistas valencianos -hoy Podemos; no se sabe si en Compromís lo son- empezaron a perder el rumbo tiempo ha con la expulsión de Gloria Marcos.

Sea como fuere, me vienen al pelo esas palabras de Vicente Barrera, Vicepresidente primero y conseller de Cultura, de la entrevista concedida a Europa Press sobre la política “progre, de diplomas, camisetas y pancartitas” que, naturalmente, no va con él. Aunque la frase mediáticamente más valorada ha sido la de haber venido no para cambiar personas sino políticas, lo cierto es que la sustitución de la gestión eficiente y ajustada a la legalidad por ese “agitprop” permanente de base puramente ideológica nos ha traído donde estamos y, por supuesto, al relevo democrático de nuestros gobernantes. El nombramiento de Nicolás Bugeda -de reconocida solvencia- para el Consorcio de Museos y el mantenimiento y apoyo de Pablo González en la Dirección del de Bellas Artes, dan testimonio cabal de otra forma, plausible, de proceder.

Ha llegado a la Agencia Antifraude -esa rara institución absurda, ineficaz e innecesaria, dirigida todavía por un personaje de tercera- un asunto relacionado con la plaza de asociada en la Universitat de Valencia de la ex consellera Pérez Garijo. Lo más curioso es que se hable de una “excedencia especial” reservada para personal funcionario, que no es el caso. Ganas de seguir enredando.

"progre, de diplomas, camisetas y pancartitas” que, naturalmente, no va con él

A estas alturas, como me gusta repetir, todo se ha dicho y todo se ha callado sobre la larga lista de asuntos socialmente conflictivos que aborda esa nueva coalición gubernamental -desbaratada de inmediato apenas iniciada- con el único objetivo de mantenerse en el poder a cualquier precio.

Mientras tanto los indicadores son lo que son. Los económicos, los laborales y -tal vez los más preocupantes- los relacionados con la educación y la formación adecuada de nuestros jóvenes. Por mucho que se quieran encontrar falsas excusas para justificar los injustificables resultados del Informe Pisa para España, la cifra de estudiantes que han pasado la ESO con un importante “grapat” de asignaturas suspendidas (“el suspenso atenta contra la autoestima”, llegué a leer en su momento) como corolario de la sectaria Celáa, todavía de mantilla en la Embajada de España en el Vaticano, amenaza no sólo la calidad del último ciclo preuniversitario, sino la excelencia en la propia universidad.

La definitiva aprobación de la licitación para la ampliación del Puerto –“estratégica para España” llegó a decir sorprendentemente el ministro Puente- es la excepción, una buena noticia y un logro inmediato del gobierno de Mazón y Catalá, que Puig y Ribó (obsesivo y patético en sus últimas manifestaciones sobre Rita Barberá) se esforzaron en entorpecer sin éxito definitivo durante su mandato.

Gobernar desde y para lo ideológico, anteponiendo intereses ficticios a los reales, orillando la legalidad, y despreciando la eficiencia es el peor servicio a la ciudadanía.

No lo tendrán fácil en el día a día los gobiernos de la Comunitat, de las tres Alcaldías y de las tres Diputaciones provinciales con esta izquierda montaraz y desnortada, oposición acá y titular a nivel nacional. Pero la hoja de ruta parece bien trazada y en apenas seis meses ha comenzado a dar frutos perceptibles.

(Tampoco parece que vayan a entrar al trapo de provocaciones ficticias y de escabrosos insultos en declaraciones o redes sociales. Cada uno a lo suyo, y la ciudadanía vigilante y satisfecha en su conjunto).

Espero que -unos y otros- hayan tenido unas Navidades felices, y a todos les deseo un próspero Año Nuevo.

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