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La peor pesadilla de Vox

Vox lo encuadra en una "acción de partido", que no de gobierno, no institucional, pero utilizando las instituciones donde gobiernan con el PP.

El vicepresidente primero de la Comunidad Valenciana, Vicente Barrera, tercero por la izquierda, en un acto en apoyo al candidato de Vox a la presidencia de la Xunta.

Publicado por
Josep María Felip

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Hay mañanas que darías lo que fuera para no despertar. Es lo que debió pensar Vicente Barrera el pasado martes cuando se desmarcó como vicepresidente primero del Consell de la campaña “Orgullo” presentada en Fitur por el presidente Carlos Mazón. Lo decía por no estar de acuerdo Vox con ese tipo de acciones cercanas al colectivo LGTBI, y siguiendo órdenes de la dirección madrileña de Vox. Su comunicación gestual era todo un poema: rostro desencajado, ojos movedizos, voz quebrada, signos que indicaban el papelón del cual ya había informado minutos antes al Consell. Mientras tanto, el tuit de Santiago Abascal en la misma franja horaria jaleaba su comparecencia, dando un paso más en su enfrentamiento con Feijóo, que no con Sánchez.

Pero el sainete protagonizado por Vox no termina ahí. La revuelta de los tractores da para hacerle Santiago Abascal de nuevo un roto a Feijóo en territorio electoral común. Tal como afirmaba hace unos días Ana Belén Ramos en El Confidencial: “la dirección nacional de Vox ha hecho valer el peso de sus escaños en oro siempre que ha tenido ocasión”…“gracias a la presión que ejercieron los enviados de su dirección nacional el pasado mes de julio contra el PP, lograron asientos en cinco gobiernos autonómicos”… “En cuatro de ellos —Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Extremadura—, consiguieron hacerse con las competencias de agricultura. Y ahora, en pleno estallido del campo, esa cuota de poder les permite ganar espacio frente a los populares, que pretenden también amarrar con fuerza la bandera de la revuelta agraria. Y todo ello en mitad de la primera campaña electoral del año”.

La dirección nacional de Vox tiene previsto la semana próxima movilizar a sus cuatro consejeros autonómicos para que se unan a las movilizaciones convocadas por los agricultores contra el Gobierno de Pedro Sánchez y las regulaciones de Bruselas. Apoyarán a los manifestantes, convoquen los sindicatos mayoritarios —Asaja, COAG y UPA— o las organizaciones extraoficiales que han levantado tractoradas a lo largo de toda la geografía nacional en los últimos días. Todo ello, Vox lo encuadra en una "acción de partido", que no de gobierno, no institucional, pero utilizando las instituciones donde gobiernan con el PP. Una vez más, utiliza las instituciones autonómicas para fines electorales, compitiendo con el PP y comprometiendo a sus consejeros en gobiernos de coalición PP-Vox.

Es del todo sabido en los “mass media” de la Comunitat -nunca ha dejado de ser una calle mayor- la utilización por la dirección nacional de Vox de sus cargos institucionales en la Generalitat o en el Ayuntamiento de Valencia para proyectar sus políticas al margen de lo acordado en los pactos de coalición; y también, que utilizar las instituciones para fines partidistas sustituyendo a sus diputados en Cortes, o a su organización provincial, siempre le creará problemas, al socio, a los diputados a la propia organización, y al electorado que no perdona la fractura y el lío político, en este caso en el Espacio Conservador de la Comunitat. Si se trata de recitar el verbo “diferenciarse” ante el paranoico miedo a ser absorbido, aquí puede tener para Vox un efecto bumerang, pues comparte con el PPCV el mismo espacio electoral fracturado con tendencia a recomponerse.

Efectivamente. El pasado 23 de diciembre, ESdiario publicaba el resultado de un sondeo preelectoral “el Barómetro de Invierno”. El análisis de esos datos fue publicado las pasadas Navidades por este digital de la Comunitat; su comparación con el voto conservador en las elecciones autonómicas significativas vienen dados en la siguiente tabla:


Comunidad Valenciana

Evolución del Voto Conservador


 Autonómicas mayo de 2011Autonómicas mayo 2023Sondeo 23/12/2023
Votos%EscañosVotos%EscañosVotos%Escaños
PPCV1.211.11250,855881.89336,240932.28040,845
Vox---310.18412,713233.07010,210
Total1.211.11250,8551.112.17348,9531.165.35051,055



El espacio conservador valenciano se recuperó 12 años después de la mano de Carlos Mazón respecto a las elecciones de 2011, donde el “tándem” Francisco Camps-Rita Barberá lograron alcanzar la mayor cota en voto, peso electoral y escaños, convirtiendo al PPCV en el partido hegemónico en la Comunitat, pero con una diferencia significativa: la fractura del voto con la irrupción de Vox , que capitalizó el descontento del votante popular de la mano de Gil Lázaro.

En cinco semanas desde la publicación del “Barómetro de Invierno” han pasado muchas cosas en la política valenciana y española, y lo que indicaba seguramente se habrá acrecentado. Pero ¿que apuntaba la tendencia?; primero, la recuperación del voto conservador por el PPCV a costa de Vox; y segundo, recuperaba el espacio conservador el mismo peso porcentual y en escaños que hace 12 años alcanzo el PPCV, esto es: la hegemonía política en La Comunitat, pero fracturado. Una realidad a la que se ajusta el Consell PCV-Vox de los “50 Puntos” acordados el pasado mes de julio.

Pero hay una tercera lectura, resultado de ese singular tipo de hegemonía. De convocarse en esa fecha las elecciones autonómicas, de los 99 escaños de Cotes Valencianas, el PPCV alcanzaría 45 frente a 44 del Botànic -PSPV y Compromís; o dicho de otro modo, perfectamente podría el PPCV de Carlos Mazón formar gobierno sin el concurso de Vox, al que no le quedaría más remedio que, o apoyar o abstenerse. En pocas palabras: sus escaños perderían valor, con el riesgo de ver regresar sus votos al lugar de donde salieron en 2015, al PPCV.

Bien es verdad que, siguiendo la trayectoria política de Carlos Mazón en la Diputación de Alicante, sería extraño, hoy por hoy, que tomara la decisión de convocar elecciones anticipadas y no agotar la Legislatura; buen Liberal, es partidario del aforismo romano “pacta sun servanda” y sabe que mantener las distintas sensibilidades del espacio conservador valenciano en el Consell le beneficia para las elecciones autonómicas de 2027, y lo recompone a favor del PPCV. Dar tiempo al tiempo, cumpliendo el “Acuerdo de los 50 puntos”.

La dirección nacional de Vox y sus “antenas” en la Comunitat deberían entender que tratar de ampliar esa fractura no les beneficia en ningún modo. No sé lo que pasara en otros territorios, en Baleares lo tienen complicado, pero, aquí, lo mejor sería que se olvidaran de darles mal sueño a sus cargos institucionales, como el provocado a Vicente Barrera; no utilizarlos para sus fines partidistas y utilizar, en cambio, su aparato parlamentario y de partido, y demostrar que en la gestión lo hacen bien. Si no convence Vox al electorado compartido con el PPCV, que en la Comunitat es muy especial, y que trabajan a su favor desde las Instituciones en el día a día, difícil lo tienen. Lo peor de una “antena” y su “control” es no conocer el contexto donde se mueve, tal como sostenía Le Carré en sus novelas de espías de la Guerra Fría. A verlas venir.