Óscar Puente la lía acusando a Valencia y Catalá contesta: “es falso"
El ministro de Transporte puso a Valencia como ejemplo de una ciudad gobernada por el Partido Popular que eliminaba carriles bicis en favor del tráfico de vehículos.
Noche de tweets cruzados entre Óscar Puente, ministro de Transportes y experto en la red social ahora como conocida como ‘X’, y la alcaldesa de Valencia a raíz de unas declaraciones del socialista en las que ponía a Valencia como ejemplo de ciudad que “destruye” carriles bici para “ganarle espacio” al coche. Estas palabras no sentaron bien a María José Catalá, quien, con nocturnidad, exigía a Puente una rectificación ante algo que no era verdad: “lo que usted dice es falso y ruego una rectificación”, mientras le invitaba a decir qué carriles bici había sido destruidos en la capital del Turia.
A partir de ahí, el exalcalde de Valladolid, ahora titular de Transporte en el Gobierno de Sánchez, replicó a la alcaldesa y se enzarzó con todo aquel que se le opusiera en las respuestas a su respuesta. Todo este lío viene a raíz de la modificación, que no eliminación, del carril bici en la calle José Andreu Alabarta, en el barrio de San Isidro, a petición de los vecinos, con el objetivo de poner fin a los “colapsos de tráfico”. La reestructuración de esta vía pasaba por quitar un carril para la bicicleta, hasta ese momento el carril bici era bidireccional, con el objetivo que la calle volviera a tener dos carriles para el tráfico motorizado.
Además, en su día la alcaldesa ya advirtió: "es la primera de muchas que vamos a hacer, transformando algunos carriles bici en ciclocalle e intentando generar una movilidad más fluida en la ciudad”.
Cierto es que la causa que, de momento, impide al gobierno de Catalá desmantelar algunos carriles bici que, a su parecer, son “peligrosos”, son los famosos fondos europeos. Los Next Generation — como se conoce a estas ayudas venidas de Bruselas — están condicionados al principio de No Regresión, de "no causar perjuicio significativo al medio ambiente" y "a la prevención y el control de la contaminación". Esto significa que aquellas ciudades que han recibido este dinero de Bruselas y que, o bien se niegan a implantar medidas o las revierten, han de devolverlo o resignarse a no recibirlo.