Poliuretano: el responsable de la rápida propagación del incendio de Campanar
Este material, que en al año de construcción del edificio 2005 no tenía "tan mala fama", se utiliza como aislante, pero es altamente inflamable.
Empiezan a florecer las primeras hipótesis sobre la rápida expansión del incendio que ha calcinado, en menos de una hora, dos edificios en el barrio de Campanar, Valencia. Inicialmente, el fuego se habría iniciado en una vivienda de la tercera o cuarta planta del edificio, de un bloque de hasta 14 plantas y 138 casas, sin embargo, cuando las llamas han comenzado a salir por el balcón, el poliuretano, un material que estaba presente en la fachada debido a su utilización como aislante, ha empezado a arder por su alto componente inflamable.
En cuestión de media hora, el incendio se propagaba por toda la fachada y, las fuertes rachas de viento, a esa hora de la tarde soplaba a 20 km/h con rachas de hasta 60 km/h, afectando también al edificio colindante del complejo urbanístico. En concreto, según la especialista que peritó el edificio hace unos años, Esther Puchades, la fachada contenía poliuretano, que es altamente inflamable, "y eso es lo que ha ocasionado que el edificio ardiera en menos de media hora", ha señalado en declaraciones a À Punt.
La perito ha detallado que el inmueble se construyó en 2005 y, en aquel entonces, este material "no tenía la fama" con la que cuenta en la actualidad después de varios incendios ocurridos por su presencia en los últimos años.
En ese mismo sentido, el catedrático Antonio Hospitaler, que estuvo en la torre Windsor de Madrid después de que ardiera en 2005, ha detallado que la propagación por fachada es "mucho más rápida que un incendio al aire libre" y que, si esta hubiese estado construida con ladrillo y no con un material combustible, "no se hubiera propagado".
Hospitaler ha precisado que el Código Técnico de Edificación desde el año 2006, y con modificaciones recientes que ha habido, -tras 2017- "previene ese tipo de situaciones y que los materiales de la fachada no sean combustibles para evitar una propagación de incendios por la ella".
"La fachada tiene una propiedad física en la que se le pegan las llamas y, al hacerlo, suben a toda velocidad y entonces, el incendio se extiende por toda la fachada rápidamente. Eso ha provocado que se rompieran los cristales de las viviendas y se proponga el incendio al interior de las casas", ha detallado.
El ingeniero ha indicado que las investigaciones deberán determinar el origen, si las llamadas comenzaron en el interior de una vivienda, pasaron a la fachada y, de ahí, al resto del edificio, o si se originó en la propia fachada.
Torre Grenfell
En ese sentido, el fuego de este jueves le recuerda al incendio ocurrido en la torre Grenfell el 14 de junio de 2017. "Ocurrió exactamente lo mismo. Fue un incendio que se propagó por fachada y eso causó una actualización de la normativa europea al respecto. Es muy reciente, si este tiene diez años o 15 años, pues no le afecta ese cambio normativo, ya estaba hecho", ha apuntado. En aquel caso, "el incendio se produjo dentro del edificio, en las oficinas, y de ahí salió a la fachada y se propagó por la fachada a los pisos de arriba".
En cuanto al peligro de derrumbe, "aparentemente no hay, pero nunca se sabe". "El hormigón aguanta bastante el fuego, tiene buena resistencia. Lo que pasa es que no hay que entrar al edificio enseguida, hay que esperar porque el hormigón puede colapsar después, al cabo de unas horas, porque tiene un proceso físico-químico dentro que hace que se deteriore con el tiempo. El calor se queda adentro, no sale hasta que se enfríe. Se ha producido, en algunos casos, que han pasado horas, el incendio se ha ido y ha caído el edificio. Pero yo creo que aquí el nivel de incendio que ha habido no es tan elevado para eso", ha expuesto.
Rachas de viento de hasta 60 km/h
El viento de poniente que ha soplado durante todo el día en la ciudad de València ha dejado, en el momento en que ha comenzado el incendio de un edificio en el barrio de Campanar, rachas de entre 50 y 60 kilómetros por hora (km/h).
Así, entre las 17.00 y las 18.00 horas se han registrado tanto en el observatorio de Viveros como en el aeropuerto rachas de hasta 60 km/h, mientras que la humedad relativa ha sido "muy baja", inferior al 30 por ciento durante gran parte del día.