Pilar Bernabé, o el principio de verosimilitud
Noticias positivas que pretenden distraer la realidad de un problema grave, negativo, como es la baja ejecución de las inversiones estatales y la persistencia en la infrafinanciación.
Mario de las Heras publicaba hace pocos días el artículo “Los once principios de la propaganda nazi que sigue punto por punto el Gobierno de Sánchez”. Ideas como la creación de un enemigo único, la repetición constante de consignas, o la utilización de instituciones públicas en beneficio partidista son algunas de las turbadoras y exactas reproducciones del ejecutivo socialista de los fundamentos del régimen nacionalsocialista. El principio de verosimilitud es uno de ellos, que consiste en dar información parcial y la manipulación; para Goebbels, era sustentar toda información en una base de fuentes «fidedignas» o argumentables como herramienta para hacer «digeribles» noticias contrarias o para magnificar noticias positivas.
Viene al caso las declaraciones de la delegada de Pedro Sánchez en la Comunitat, Pilar Bernabé, respecto a la situación financiera de la Generalitat. El día 1 de febrero declaraba: “el Gobierno ha hecho realidad todas las infraestructuras soñadas”. Y un mes y medio después, el 20 de marzo: “la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado no serán problema para los valencianos”. Noticias positivas que pretenden distraer, y esconder, la realidad de un problema grave, negativo, como es la baja ejecución de las inversiones estatales y la persistencia en la infrafinanciación. Revestida de su comisionado de Pedro Sánchez, pretende hacer verosímil lo que no es.
Las infraestructuras soñadas de las que habla dependerán, en su caso, del las inversiones estatales que ella conoce. Pues bien, lo cierto es que el Gobierno de España, al que ella representa, relega a la Comunitat a la cola de la ejecución de inversiones. Según los datos publicados por el Ministerio de Hacienda, el gasto de capital para 2023 resulta ser un tercio de los presupuestado, el cuarto peor de todas las autonomías. Según la ejecución de los PGE para 2023, el porcentaje de ejecución de las obligaciones reconocidas sobre créditos totales era del 31,2% al inicio del pasado mes de diciembre, el peor tras La Rioja, Asturias y Extremadura, cuando la media nacional era más del 40%. En cantidades absolutas, y contando las modificaciones de crédito, las inversiones proyectadas eran 1.935 millones de euros siendo las obligaciones reconocidas al terminar 2023 de 610 millones. Y en el histórico del mismo Ministerio, La Comunitat aparece la penúltima, solo empeorada por el dato de Murcia. Ni por asomo era esa la realidad onírica de la Sra. Bernabé.
Pero si cabe, y aún peor, son las consecuencias para la Comunitat de la prórroga para 2024 de los PGE de 2023. La decisión de Pere Aragonés de disolver el Parlamento de Cataluña al no contar con los votos suficientes para la aprobación de su Ley de Presupuestos para este año y convocar elecciones en mayo, antes de las elecciones europeas de junio, y después de las vascas de abril, indujeron la decisión de Pedro Sánchez a prorrogar los del Estado. No contaba el inquilino de la Moncloa con el apoyo suficiente para la aprobación de la Ley. Los votos de ERC y Junts, al igual de la inseguridad que plantea la indisciplina parlamentaria de Sumar, con el plante de Ada Colau a Yolanda Diaz, no le aseguraban los votos suficientes antes de junio. Veremos qué pasa en otoño.
Con el adelanto de elecciones en Cataluña todo ha saltado por los aires: fondo de nivelación, aumento de entregas a cuenta, condonación de deuda y, de nuevo, aplazamiento de la reforma del sistema de financiación de la LOFCA. Todo un desacato que nos perjudica gravemente.
Las consecuencias son mensurables. A la Comunitat esa decisión nos cuesta 3.000 millones de euros. De entrada, nos quedamos sin 1.782 millones de euros del fondo de nivelación y más de mil millones menos de entregas a cuenta, aparte de mantener la congelación de proyectos de inversión ya mermados por el bajísimo nivel de ejecución. El fondo de nivelación es el defendido por el Consell, la patronal y los sindicatos de forma transitoria hasta la reforma del sistema de financiación previsto por la LOFCA, que representa para toda la legislatura 7.128 millones de euros, cantidad necesaria para converger a dos puntos de la media en la financiación de todas las comunidades autónomas; hoy, La Comunitat se sitúa a 8 puntos, muy por debajo de esta.
Las entregas a cuenta a la Generalitat para 2024 las había comprometido el Ministerio de Hacienda en 12.555 millones, cuando en 2023 ascendieron a 11.561, esto es: 1.561, mil millones más. Hoy día, las entregas a cuenta que recibe mensualmente el Consell son las mismas que en 2023, ya que sin PGE para este año no hay aumento de recursos. Difícil será atender la financiación de los servicios públicos ya afectados por la infrafinanciación con la falta de recursos en el día a día ante el horizonte de restricción del déficit presupuestario de la Generalitat que el propio Ministerio impone.
Pero en esa espiral de promesas incumplidas de Pedro Sánchez y su 'comisaria' para asuntos domésticos, la vicepresidenta Montero, hay que recordar que esta, en enero, rechazó la propuesta de nivelación que le hicieron la Comunitat, Andalucía, Murcia y Castilla-La Mancha, las peores financiadas frente a las comunidades del norte de España. Se comprometió a estudiarlo y contrapuso el acuerdo alcanzado con la Generalitat de Cataluña de condonar parte de la deuda de las CC.AA. vinculada al FLA. Con el adelanto de elecciones en Cataluña todo ha saltado por los aires: fondo de nivelación, aumento de entregas a cuenta, condonación de deuda y, de nuevo, aplazamiento de la reforma del sistema de financiación de la LOFCA. Todo un desacato que nos perjudica gravemente.
Lo que no puede hacer es hacernos tragar con su ensoñación lo que es una pesadilla, y mucho menos esconder los datos negativos que agravan la deuda acumulada por la Generalitat, la segunda más alta de las autonomías con 56.000 millones de euros
Con toda seguridad Pilar Bernabé está en lo suyo. A nadie se le escapa que su obligación es defender las políticas de Pedro Sánchez de la que es su vocero en La Comunitat. Pero lo que no puede hacer es hacernos tragar con su ensoñación lo que es una pesadilla, y mucho menos esconder los datos negativos que agravan la deuda acumulada por la Generalitat, la segunda más alta de las autonomías con 56.000 millones de euros, resultado, entre otras causas, de una infrafinanciación ya histórica. Las ensoñaciones traen malas consecuencias. Para Goya, un artista de la sinrazón, producía monstruos.