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Los enriquecimientos injustos de Ximo Puig y Mónica Oltra

Cuando eran más jóvenes no sabríamos decir si practicaban el “simpa”. Aquella técnica de levantarse de sopetón de un bar y largase sin pagar. Pero años después lo han practicado

Mónica Oltra y Ximo Puig

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Cuando ambos eran más jóvenes no sabríamos decir si practicaban el “simpa”. Aquella técnica de levantarse de sopetón en la terraza de un bar y largase sin pagar. Pero años después lo han practicado. En julio de 2023, Ximo Puig y los amigos que le quedaban a Mónica Oltra en el Consell hicieron un “simpa” que supera los 1.400 millones de euros. Son las deudas por pagar que Ximo Puig dejó a Carlos Mazón antes de irse a París y dejarle con los “tikets” de las consumiciones por pagar.

El miércoles pasado nos lo contó la consellera de Hacienda, Ruth Merino. El informe de la Intervención General de la Generalitat destaca los 1.414 que el Botànic dejo por pagar al referirse a la cuenta 413 que anota “los acreedores por operaciones pendientes de aplicar a presupuestos”. Es lo que ha venido en llamarse “facturas aparecidas en los cajones”. En el mes de julio de 2023, en la cuenta estaban anotados 1.415.431.470 euros. Una cantidad que grava y agrava la ya escuálida caja del Consell.

El Consell de Carlos Mazón ha tenido que racionalizar el funcionamiento de tesorería para hacer frente a las consecuencias del “simpa” del Botànic. Las facturas impagadas y encontradas en los cajones de sus distintos departamentos han crecido como champiñones. Y si se le suma la demora en las entregas a cuenta, pendientes y sin actualizar a consecuencia de la no aprobación por Pedro Sánchez de la Ley de Presupuestos, junto con los vencimientos de los intereses de la deuda en esa fecha, que superaba los 54 mil millones de euros, la asfixia financiera del Consell sólo tiene dos responsables, el gobierno de Pedro Sánchez y sus amigos de el Botànic.

Se trata de una inercia que el Botànic practicó durante ocho años. Contrajeron obligaciones de pago sin crédito presupuesto, y por medio de la generación de expedientes de enriquecimiento injusto hicieron frente a las obligaciones contraídas. Una práctica que la Sindicatura y la Intervención reprueba en sus informes. Ahora ha desembocado en una situación que ni siquiera se sabe cuándo podrá revertirse. En palabras de Ruth Merino, a la salida del Consell del pasado miércoles: "situación que hemos heredado y que no se puede cambiar ni en dos meses ni en diez".

De aquel “simpa “de Ximo Puig, esta semana el Consell ha aproado más de 67 millones por expedientes de resarcimiento por enriquecimientos injustos. En lo que va de año ya ha pagado 1.173 millones de euros de esos expedientes de deuda del Botànic. Por fechas, alcanzan al año 2018, cinco años antes de ausentarse Ximo Puig del Consell. Desde entonces, la caja que administra Ruth Merino lleva abonados cerca de 320 millones en 2023 y más de 850 millones en lo que va de 2024. De estos, más de 900 millones corresponden a Sanidad y más de 100 millones a Servicios Sociales.

Sanidad y Servicios Sociales son las más afectadas por las facturas encontradas en sus cajones. Pero también en otros departamentos del Consell se han encontrado. Como los más de 60 millones de Administración Pública, o los más de 10 millones de Medio Ambiente, o los más de 3 millones de Interior, o los 2 millones de Educación. Si en algo se han ocupado los subsecretarios en estos meses es en la tramitación de ese tipo de expedientes que en valenciano reciben el exótico nombre de “Rescabalaments”. Vaya, hacer frente al pago de los “tikets del simpa” que dejó sobre la mesa Ximo Puig al ausentarse en julio de 2023.

Lo curioso del asunto es que, sabiendo esto, los acreedores de esa deuda -asociaciones subvencionadas, sindicatos, ONG…- no le dijeran nada a quien se fue sin pagarles y ahora monten bulla apremiando cuando antes. Entonces no decían nada. Y saben de sobra el estado de las finanzas heredadas del Consell. Mas que curioso.