'Som de Casa', el programa de Ximo Rovira en À Punt, termina su emisión
En un entorno mediático cada vez más competitivo, donde la oferta de contenidos es vasta y variada, las televisiones públicas no son inmunes a la presión de los índices de audiencia.
'Som de Casa' llego a la parrilla televisiva de À Punt de la mano de Gema Payà y Ximo Rovira. En octubre de 2023. El 'leit motiv' del programa son, curiosamente, las puertas. las puertas de las casas en los pueblos permanecían abiertas durante todo el día. Aquello era una forma de expresar la hospitalidad entre vecinos, el sentimiento de pertenencia a una comunidad. Es eso exactamente es lo que pretende transmitir 'Som de casa', y lo hace por medio de tres puertas físicas de diferentes colores, cuyo umbral atraviesa la diversidad de invitados que dan forma al programa. Historias humanas, asuntos que preocupan a la sociedad valenciana, vivencias con ADN valenciano…
Las puertas de 'Som de casa' y “Tres de casa” se abrían cada tarde para recibir la visita de personas, conocidas y anónimas, que tengan alguna historia interesante que contarnos. Ximo Rovira y Màbel Martí presentaban este magacín donde, además, los colaboradores nos sorprendían todos los días: moda, consumo, veterinario, temas legales, música y otros muchos temas. Además, nuestros reporteros recorrerán la Comunitat Valenciana para acercarnos a la actualidad.
He tenido el placer y el inmenso honor de formar parte del grupo humano y de trabajo que hay detrás de cada emisión de este magnífico programa. Sí, he dicho bien. Magnifico. No te puedes ni imaginar con que cariño, mimo, ilusión, tesón y ganas de agradar, tienen y ponen cada día todos los componentes del equipo. Desde la producción ejecutiva, capitaneada por Arturo Orrico, realización, directoras, producción, redactores, presentadores, colaboradores, maquillaje (mención especial a este pedazo de equipo), vestuario, iluminación, cámaras, ayudantes de cámaras, attrezzo, regidores, sonido...etc. mis mas sinceras felicitaciones. ¡Enhorabuena por el trabajo realizado!
'Som de Casa' (concretamente Tres de casa) ha hecho que, en cada colaboración, por mi parte, tuviera que salir de mi zona de confort. Ya que tratábamos temas muy distintos unos de otros y todos fuera de mi ámbito de control. Los que me conocéis, sabéis que me muevo en ámbitos más relacionados con mi profesión, donde me encuentro mucho más seguro. El resultado ha sido muy gratificante. Solo puedo dar las gracias a la dirección del programa por haberme dado la oportunidad de salir de mi zona de confort y descubrir un nuevo “Galindo”.
El próximo día 24 de junio 'Som de Casa' y "Tres de casa", cerraran sus puertas. Y no se abrirán más. Nadie se sentará en las 3 sillas. Ya no habrá debate. Las puertas se cerrarán, las luces se apagarán para siempre, el silencio lo abarcara todo. Tan solo quedará el decorado y nuestros recuerdos.
No puedo terminar estas líneas sin escribir que las televisiones públicas se enfrentan a un desafío perpetuo: encontrar el equilibrio entre la calidad y el servicio público, y los índices de audiencia. Este dilema se ha convertido en una cuestión central en el debate sobre el futuro de los medios de comunicación, y las respuestas no son sencillas.
Históricamente, las televisiones públicas han tenido el mandato de ofrecer un servicio de alta calidad que sirva a los intereses de la ciudadanía. Esto implica proporcionar contenidos educativos, culturales e informativos que contribuyan al bienestar social y a la formación de una ciudadanía bien informada y crítica. En muchos países, las televisiones públicas han sido vistas como baluartes de la democracia, garantizando el acceso a información veraz y objetiva.
Sin embargo, en un entorno mediático cada vez más competitivo, donde la oferta de contenidos es vasta y variada, las televisiones públicas no son inmunes a la presión de los índices de audiencia. Estos índices, a menudo considerados el barómetro del éxito de un programa, pueden influir en la programación y en la asignación de recursos. A medida que las audiencias se fragmentan y se dispersan entre múltiples plataformas, las televisiones públicas se enfrentan al reto de mantener su relevancia y atraer a un público cada vez más disperso.
La calidad en la programación y el compromiso con el servicio público a menudo implican la producción de contenidos que, aunque de gran valor cultural y educativo, no necesariamente atraen a las masas. Documentales, programas de debate y análisis, y series educativas pueden tener una audiencia limitada pero fiel, que aprecia el enfoque riguroso y la profundidad de los temas tratados.
El futuro de las televisiones públicas dependerá en gran medida de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades del mercado mediático sin perder su esencia y misión original. Será crucial que estos medios encuentren formas innovadoras de medir el éxito que no se limiten únicamente a los índices de audiencia, sino que también valoren el impacto cualitativo de sus contenidos.
En última instancia, la dicotomía entre calidad y servicio público, y los índices de audiencia, seguirá siendo un tema central en la evolución de las televisiones públicas. El desafío es grande, pero la oportunidad de redefinir el papel de estos medios en la era digital es igualmente prometedora. Las televisiones públicas deben seguir siendo un faro de calidad y servicio público, adaptándose a las nuevas demandas de una audiencia en constante cambio.
Permíteme que escriba mis ultimas líneas agradeciendo especialmente a Mabel Martí y a Ximo Rovira me hayan aguantado y soportado. Lo habéis hecho muy fácil. A mi hermano televisivo Ángel y al grande de David. ¡Os quiero!