Milei & Alvise... los nuevos hombes de los caramelos (o los del saco)
Ya no es posible pues que nuestras santas madres nos puedan hoy advertir ni proteger de los nuevos Hombres del Saco o de los Caramelos.
Aún recordamos los que cumplimos ciertas décadas de edad, como nuestras desesperadas madres, que por entonces no daban a vasto las pobres, inmersas ellas, y aún sin saberlo, no en el fango si no en lo que luego vino en decirse el "Baby Boom"... Cómo os decía, no era extraño que por entonces y para calmarnos o al menos pretender neutralizar a cualquiera de nuestros numerosos hermanitos que estaba dando algo más que la nota, agriamente pues nos amenazaran con hacernos presa del entonces terrible, muy siniestro, cruel y tan odioso como temido hombre del saco...
Criminal supuestamente imaginario, 24/7, al que mamá y como última razón y para infundirnos aquellos inolvidables ataques de pánico, fingía llamar o invocar mágicamente, con tal de finiquitar y de una vez por todas aquellas lloreras tan desquiciantes o aquellos escándalos más que irritantes que estuviéramos perpetrando.
Otro de los personajes de pesadilla que poblara nuestras ya lejanas, y hoy tan añoradas infancias, fue también el muy legendario hombre de los caramelos -que inspir, por cierto, un muy logrado y original tema de la tan inolvidable como simpar Orquesta Mondragón, que eternamente puedes volver a gozar en YouTube-. Éste, el fulano de los caramelos, no se limitaba a ser un mero y oscuro secuestrador de niños a los que iba haciendo metódicamente desaparecer en su viscoso y repugnante saco sin fondo, dando cuenta de todos aquellos desgraciados y muy rebeldes pequeños que infortunadamente y, pese a las reiteradas advertencias maternas, finalmente caían en sus sucias garras...
No. El Hombre de los Caramelos, era mucho más letal porque siendo más plausible y bajo una apariencia jovial e incluso alegre, normalmente se apostaba a la salida de las escuelas, y valiéndose de su arsenal inagotable de chuches, caramelos y chocolatinas, que desordenadamente almacenaba en los bolsillos de su sempiterna y raida gabardina, aguardaba rapaz la ocasión propicia para acabar de seducirnos y embaucarnos con sus truquitos, sus juegos y gracietas, y sus siempre incumplidas promesas de hacernos felices, que las más de las veces y por contra, acababan en execrable delito, vil abuso, escándalo o irreparable tragedia.
Desgraciadamente hogaño y las más de las veces por haber pasado a mejor vida, ya no es posible pues que nuestras santas madres nos puedan hoy advertir ni proteger de los nuevos Hombres del Saco o de los Caramelos, que siempre tan siniestros e imperturbables, seguramente nos siguen acechando ya en plena madurez. Al igual que a las madres más jóvenes y actuales, las avanzadas técnicas de educación y de psicología infantil, seguramente les desaconsejan y de plano, el seguir invocando a estos siniestros personajes, con tal de procurarse un poco de orden, de tregua o de paz en sus hogares.
Más Dios aprieta pero no ahoga, y como te habrás imaginado sagaz lector, a falta de nuestras añoradas progenitoras, y salvando nuestra desconsolada orfandad o la presente desprotección, hoy la Sexta, la Cuatro, Antena 3, El País, La Ser... y demás beneméritas y prestigiosas cadenas y cabeceras informativas nacionales, nos vienen afortunadamente advirtiendo y con machacona reiteración, sobre quienes son los nuevos Hombres del Saco y/o de los Caramelos. Como sí, y por otro lado, fueran nuestras benditas mares. De lo cual nunca estaremos obviamente, lo suficientemente agradecidos.
Siniestros personajes de los que sin duda seremos indefensas presas sí persistimos en ser rebeldes, desobedientes, o si hacemos oídos sordos a las órdenes, directrices, pareceres, opiniones, dogmas y consignas, que nuestros mass media de referencia pertinazmente nos contagian, infunden o introyectan; y desde muy buena mañana: veinticuatro/siete...