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El Sevilla irrita a su afición al permitir el uso del número sagrado

Fazio, un antiguo conocido del club hispalense, cometió un error de principiante al regresar al equipo año y medio después de su marcha y saltarse a la torera el único pacto del vestuario.

El jugador Federico Fazio junto al presidente y al director deportivo del Sevilla.

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El alma sevillista tiene un nombre y no es otro que el de Antonio Puerta. Su muerte por varias crisis cardiacas mientras disputaba un partido contra el Getafe en el Sánchez Pizjuán le convirtió en leyenda en 2007 y los aficionados no están dispuestos a que su número, el 16, caiga en otras manos que no sean las de su hijo Aitor.

El argentino Federico Fazio, la nueva incorporación del Sevilla en el mercado de invierno, indignó a los seguidores del club al elegir este dorsal para debutar en el primer equipo. El defensa cedido por el Tottenham ya jugó con estos dígitos en su camiseta en su primera etapa como sevillista, cuando pasó por las categorías inferiores, pero la decisión de vestir este número en Primera División levantó gran polvareda en la capital andaluza.

Según la información que facilitó el club tras el fallecimiento de Antonio Puerta, el número iba a ser retirado hasta que el único descendiente del jugador cumpliera la mayoría de edad. La Federación Española de Fútbol impidió al Sevilla tomar esta decisión de manera oficial porque el reglamento lo impide. La norma explica que si el número de fichas profesionales de la plantilla es superior a 25, el club tendrá que asignar los dorsales seguidos del 1 al 25.

Con esta imposición, se creó entre los jugadores del Sevilla un pacto no escrito para respetar el número y en el caso de tener que usarlo por imperativo legal que fuera algún jugador muy próximo al ídolo fallecido quien tuviera el honor de llevarlo a su espalda. David Prieto fue el primer canterano blanquirrojo que asumió esa responsabilidad.

El jugador fue presentado como un refuerzo para la defensa del Sevilla hasta final de temporada por el presidente Pepe Castro y el director deportivo, Monchi. Ninguno de los dos dirigentes valoró la elección del jugador pero la reacción de la afición del equipo de Nervión no se hizo esperar. La gran mayoría mostró su descontento e indignación tanto en las redes sociales como en los aledaños del estadio por el cambio de criterio del club sobre el dorsal más venerado del Pizjuán.