El "estallido violento" de Piqué en un local público del que todo el mundo habla
Niegan la bronca pero el encontronazo no fue la charla amigable que quieren vender. Tener a Piqué como enemigo da muchos dolores de cabeza y el madridista bastante tiene con buscar equipo.
No hay día en el que Gerard Piqué no acapare los titulares de la prensa deportiva de este país por una salida de tono contra el eterno rival. Lo último que ha trascendido de la actitud del jugador culé durante la celebración del título de Liga fue la pelea que le encaró con el canterano del Real Madrid, cedido hasta la fecha al Espanyol, Jorge Franco "Burgui".
Según informó 8TV la celebración del Barça terminó en una conocida discoteca de la Barceloneta donde los dos futbolistas discutieron acaloradamente hasta que sus compañeros, entre los que se encontraban Neymar, Bartra o Raúl Tamudo, les separaron para que no llegaran a las manos y menos en un lugar público. Al parecer, y según cuenta Núria Cases, la tensión creció por momentos entre la plantilla del FC Barcelona y los pericos tras la recriminación de Piqué al canterano por unas declaraciones en las que aseguró que "Piqué deja mucho que desear como persona".
El delantero, que regresa a las filas del Real Madrid tras su paso por la fiesta de Champions de los blancos y el rechazo de la opción de compra por parte del Espanyol, matizó la importancia del encontronazo a través de su cuenta de Twitter: "Nada que ver con la realidad. Estuve charlando con Gerard Piqué, un compañero de profesión a quien respeto! Buenas noches". La misma versión que dio el capitán no oficial del FC Barcelona en rueda prensa este miércoles donde afirmó que la conversación fue en todo momento "distendida" con los jugadores del Espanyol.
Un alivio para el defensa del FC Barcelona que ya ha tenido bastante con la campaña de desprestigio orquestadas por los merengues tras las burlas a Cristiano Ronaldo en la rúa blaugrana. Aún así, las redes sociales fueron el escenario del enfrentamiento entre las dos aficiones que reinan en la Ciudad Condal. Los pericos no podían permitir que atacaran impunemente a uno de los suyos.