La decisión del juez amenaza con convertir la Copa en una fiesta independentista
La barra libre de banderas anima al presidente Puigdemont a presenciar la final secuestrada por la política. Por fin tendrá su esperada foto junto al Rey en un mar de símbolos nacionalistas.
El juez de lo Contencioso-Administrativo número 11 de Madrid permitirá el acceso con las banderas esteladas al estadio Vicente Calderón donde este domingo se disputará la final de la Copa del Rey de fútbol entre el FC Barcelona y el Sevilla FC. Tras este anuncio, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, levanta el veto al partido y acudirá finalmente al encuentro en representación de todos los catalanes junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. En rueda de prensa, el president catalán exigió al Gobierno de España la dimisión "urgente" de la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa.
En un comunicado, la ANC, Òmnium Cultural, la asociación de juristas Drets y la Plataforma ProSeleccions Esportives Catalanes anulan el reparto de más de 10.000 banderas de Escocia entre los aficionados del FC Barcelona que tenían previstas para protestar por el intento de prohibir las esteladas dentro del estadio.
Aunque la Fiscalía del Estado se mostró este viernes a favor de mantener la decisión de la Delegación del Gobierno en Madrid, el juez ha aceptado el recurso de las entidades soberanistas. Aún así, y a pesar de la resolución favorable a sus intereses, consideran que deben apostar por "hacerse notar" llenando las gradas de banderas independentistas para recordar su lucha por la libertad de expresión y por el derecho a "decidir de manera democrática su futuro" como hizo Escocia en el año 2014.
Las esteladas sirven para hacer "bragas"
Con la misma intención, la de "hacerse notar", la escritora Empar Moliner conocida por quemar en directo un ejemplar de la Constitución española en la televisión catalana TV3, ha cortado en su programa de este viernes una estelada porque, según ella, solo servirán para hacer "trapos" y "ropa interior". Para la presentadora, el intento de prohibición es "una hostia" a la libertad de expresión.