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Piqué involucra a su hijo pequeño para lanzar un dardo a la afición de España

La polémica celebración del único gol de España ante la República Checa abre viejas heridas con el jugador del Barcelona. ¿Celebrar el gol marcado por un independentista? Esa es la cuestión.

Piqué remató de cabeza en el minuto 87 un centro de Andrés Iniesta.

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Gerard Piqué se ha convertido en el protagonista del debut de España en la Eurocopa de Francia 2016 al marcar el gol de la victoria ante la República Checa. La celebración, no exenta de polémica, ha sido el detonante de una guerra de comentarios en contra del jugador por su más que conocido apoyo a la causa independentista catalana.

Celebrar o no celebrar el gol de Piqué por mucho que salvara el partido de la Selección Española ha sido el motivo de la bronca entre los usuarios de las redes sociales, pero lo cierto es que en Toulouse nadie se acordó de su ideario político ni de los pitos cuando el cabezazo del central traspasó al guardameta checo en el minuto 87 de juego.

Un centro recién salido de las botas de Andrés Iniesta dio la ventaja a España justo cuando en las redes la afición estaba más interesada en criticar el comentario que le ha costado al entrenador José Antonio Camacho ser trending topic nacional. "En los colegios tienen que dar permiso a los niños y hay que salir de la oficina porque todos tienen que estar viendo el partido", dijo el experto de Telecinco en los primeros minutos del encuentro.

La explosión de júbilo del público asistente mitigó las críticas a Piqué aunque en general se echó en falta un poco más de pasión por parte del jugador a la hora de celebrar su gol. Se lo dedicó a su mujer, Shakira, que estaba en la grada junto a su hijo. El mismo al que nombró en un comentario que muchos han identificado como un dardo revanchista a esa parte de la afición española que aún no concibe que sea uno de los chicos de Vicente del Bosque.

"Ahí arriba está mi peque en la grada, con la camiseta de España", dijo el defensa ante los micrófonos de Mediaset nada más terminar el encuentro explicando también los besos que lanzó a un sector de la afición en los últimos minutos de partido. Acabado el encuentro, y en lo que algunos han identificado como un "lavado de imagen", el jugador del FC Barcelona saltó al terreno de juego con su hijo en brazos ataviado con la equipación oficial de la Selección para saludar a los aficionados allí congregados y jugar con el pequeño.