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¡Ojo Cristiano! ¡Atento Messi! El Balón de oro está en peligro de muerte

La crisis de la revista se recrudece después de que el presidente de la FIFA, Infantino, le asestara la puñalada final a la publicación confirmando que no estaban interesados en el premio.

El futbolista Leo Messi posando con sus cuatro trofeos.

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La revista francesa France Football ha anunciado este viernes que pone final a su asociación con la FIFA para la entrega del Balón de Oro al mejor jugador de la temporada, que otorgaban conjuntamente desde 2010.

France Football, creador del trofeo en 1956, y la FIFA concluían el contrato que tenían para la entrega del galardón durante este 2016 y, con la llegada de Gianni Infantino como nuevo presidente del organismo internacional de fútbol, ambas partes no alcanzaron un acuerdo para la renovación.

Desde 2010, el premio se entregó tan sólo a dos futbolistas. Lionel Messi lo recibió en tres ocasiones, aunque tiene otro que le fue entregado antes de la fisión, y Cristiano Ronaldo, que lo ganó en tres ocasiones, dos desde 2010.

De esta manera, France Football recupera su exclusividad y presuntamente organizará nuevamente la ceremonia del prestigioso trofeo en solitario, que será la número 61 de su historia, y la FIFA podría recuperar su anterior galardón, que tenía la denominación de 'FIFA World Player', aunque aún no se había pronunciado al respecto.

Conoceremos más datos a partir del próximo martes 20 de septiembre cuando la publicación desvele los detalles de lo que pretende ser un nuevo comienzo debido a la pésima situación de difusión y, por tanto, económica que atraviesan. La falta de patrocinio de la FIFA les deja en una posición muy complicada teniendo que estar a la altura para que la propia FIFA no les arrebate la gloria de un premio que llevan mimando desde el 56.

Los responsables del grupo Amaury, los propietarios de L’Equipe y de France Football no saben exactamente qué hacer pero solo tienen un par de días más para pensárselo. Los elevados gastos de la organización fuerzan a los directivos a buscar un nuevo patrocinador en un plazo demasiado corto y la tensión en la redacción, renovada casi al completo con gente externa, tampoco se lo pone fácil.

Los nuevos directivos están obsesionados con los resultados y, si estos no llegan, el desenlace podría resultar fatal. Primero para el premio y, después, para la publicación.