Los gigantes olvidados de la historia de la NBA
El japonés Yasutaka Okayama y el argentino Jorge González fueron los dos jugadores más altos de la NBA sin haber disputado un solo minuto en ningún equipo de la Liga estadounidense.
Desde que la NBA se fundara en 1946 han pasado por la competición decenas de miles de jugadores. Todos ellos han escrito la inmensa mayoría de las páginas de la historia de la competición tras disputar partidos en la liga estadounidense, pero también los ha habido que han llegado a dejar su impronta sin llegar a disputar ni un solo minuto de juego.
Entre ese extraño grupo de jugadores históricos que no llegaron a jugar en la NBA, tenemos el caso de un jugador que podría haber sido uno de los jugadores más famosos de la historia pero que, a día de hoy, muy poca gente conoce su existencia. El motivo de su potencial salto a la fama si hubiera llegado a jugar en la NBA estaba en su extraordinaria altura.
A día de hoy, todo aficionado a la NBA conoce a Manute Bol o al rumano Gheorghe Muresan. Ambos jugadores, con sus 231 centímetros, son los jugadores más altos de la historia de la NBA, mejor dicho, son los jugadores mas altos que han jugado en la NBA, ya que la distinción del jugador más alto de la historia de la NBA la tiene otro jugador.
Este hombre es Yasutaka Okayama que fue elegido por los Golden State Warriors en el Draft de 1981 en la posición 171.
El jugador japonés nunca llegó a jugar ni un solo minuto en la NBA, pero sus 234 centímetros, le colocan como el jugador más alto de la historia de la NBA, ya que la historia del draft es parte del legado de la liga. Curiosamente Okayama fue a la Universidad de Portland en Estados Unidos, pero nunca llegó a ser parte del programa deportivo ni, por tanto, a jugar en la NCAA.
A pesar de no llegar a jugar nunca en el país de las barras y estrellas, sí que llegó a jugar en su Japón natal, donde fue jugador de un club de la liga nipona llamado Sumitomo Metal Industries y, también, representó a su selección nacional durante prácticamente una década.
Yasutaka Okayama en un partido con los Sumimoto Metal Industries.
Si Yasutaka Okayama hubiera llegado a jugar tan solo un minuto con los Golden State Warriors, se habría convertido en uno de los jugadores más conocidos de la historia, pero el baloncesto para él fue más un deporte que una profesión, ya que tras dejar el baloncesto como jugador, se dedicó a entrenar y a escribir libros de baloncesto, como complemento a su vida profesional en la misma empresa que daba nombre a su equipo de baloncesto, Sumitomo Metal Industries.
También en 1988, el argentino Jorge González, con sus 232 centímetros, fue otro Gigante drafteado en la NBA más alto que Manute Bol y Muresan, pero tampoco llegó a jugar nunca con el equipo que le eligieron, los Atlanta Hawks.
González alcanzó un gran nivel de fama en Estados Unidos, pero no por el baloncesto, si no por otro deporte bien distinto, ya que se convirtió en miembro de la World Wrestling Federation con el apodo del Gigante González donde protagonizó grandes combates como el que disputó con el Enterrador.
El Gigante González con el Enterrador en el evento Wrestlemania.
Okayama y Jorge González son dos personajes únicos y olvidados de esa “otra” historia de la NBA.