Sergio Ramos: De la debacle contra el Bayern a ser el mejor lanzador de penaltis del mundo
Pocos recuerdan el disparo del camero en la tanda frente al Bayern en 2012. El capitán del Real Madrid se ha convertido en una garantía desde los once metros.
Un 25 de abril de 2012 el mundo del fútbol descubrió quién no debía tirar los penaltis bajo ninguna circunstancia. El balón que, en la tanda frente al Bayern, Sergio Ramos mandó al espacio exterior sigue siendo hoy, junto a la Luna, el segundo satélite de nuestro planeta. En aquel entonces el capitán blanco se convirtió en una atracción de feria, particularmente en Alemania (consumó su venganza en 2014 marcando dos goles en el Allianz). No obstante, el camero era el único que sabía que se trató de un trágico accidente.
España entera se echó a temblar cuando a un renovado Ramos -pelo corto y barba- le tocó lanzar en semifinales de la Euro 2012 frente a Portugal el cuarto penalti de la eliminatoria. Él, sin embargo, estaba tranquilo. No conforme con simplemente anotarlo, el capitán del Real Madrid se trasladó a su Camas natal, a aquel campo de tierra en el que se escuchaban los gritos de su madre para que subiera a comer y donde hacía diabluras futbolísticas junto a sus amigos. El verde se transformó en zahorra y Ramos, con un par, tiró el penalti a lo Panenka. Como un niño que quiere redimirse ante un compañero que se ha burlado de él.
Desde entonces, esta forma de lanzar se ha convertido en una de sus especialidades y mientras Cristiano Ronaldo se hacía con el monopolio de los once metros, él practicaba y practicaba, esperando su momento. Probablemente, a Ramos le entraba la risa cuando la marcha del luso abrió el debate de quién lanzaría las penas máximas en el Madrid. Hoy, además de ser el defensa más goleador de la historia de LaLiga, es uno de los mejores tiradores de penaltis del mundo.
Uno de esos que mira al portero a los ojos en todo momento cuando inicia la carrera para lanzar, como debe ser. Ramos lleva 20 penaltis consecutivos marcando (22 si contamos las tandas) y, con cinco goles, se consagra como pichichi de la competición nacional poscuarentena. El único portero que puede presumir de haberle parado uno es Subasic, en la Euro 2016, y eso que se adelantó dos metros de la línea de meta. A este paso, el croata va a entrar en un particular Salón de la Fama porque el camero no falla.
"Soy el idóneo para asumir este tipo de responsabilidad", decía el 4 tras el partido frente al Athletic. Y tiene razón, porque ya no solo es que sus goles estén valiendo una liga. Ramos es junto a Benzema el mejor del Real Madrid. Lo único que se desea ahora mismo es que cuando llegue el momento en el que abandone Chamartín -esperemos que tarde- no lo haga como otras leyendas blancas como Casillas o Raúl, sino por la puerta grande.
Que le planten una estatua en la puerta del Santiago Bernabéu o que, por lo menos, le dejen pasearse a lomos del Yucatán de Ramos por todo el campo despidiéndose de aquellos que tanto le deben.