El Barça manda al Espanyol a Segunda División andando

Este Barcelona es incapaz de jugar bien dos partidos seguidos. Después de su notable victoria del domingo en Villarreal, acaba de ganar al Espanyol con la ley del mínimo esfuerzo. Cambia muchísimo el equipo de Setién cuando tiene solo tres días de descanso respecto a cuando disfruta de alguna jornada más de asueto.

Pero la noticia del partido es que el Espanyol está en Segunda 27 años después. Y para colmo le mandó a la categoría de plata su eterno rival, el ricachón Barça, que hizo mucho menos de lo justo para ganar

Y eso que el equipo de Cornellá ha jugado la mayor de los partidos de la temporada, antes y después del parón por el coronavirus, mucho peor que esta noche en el Nou Camp. De hecho, el Espanyol tuvo las mejores oportunidades de la primera parte. Embarba ante Ter Stegen con estirada del fenomenal portero alemán la primera, otra del ex del Rayo Vallecano y una clarísima de Didac Vila que se estrelló en el palo del meta germano.

Por el Barça, con todo el equipo a medio gas, solo una ocasión de Luis Suárez que bloqueó Calero.

Nada más comenzar la segunda parte tuvieron lugar las jugadas del partido. Ansu Fati había salido al campo por Semedo y en su primera acción disputó de manera temeraria un balón ante Calero, a cuya espinilla se fueron directos los clavos de las botas del joven canterano del Barça. El árbitro Munuera Montero sacó amarilla, pero desde el VAR le avisaron y, con una mínima revisión ante la pantalla, expulsó al chaval. Jugada dura. En el fútbol de antes, amarilla, en la mentira de ahora, roja directa.

La misma jugada, cambiando lógicamente de protagonistas, se repitió solo un minuto después. Otro chaval, en este caso, el españolista Pol Dorado, entró igual de duro a Piqué clavándole también los tacos. Y se repitió todo. Amarilla de Munuera, revisión ante la llamada del VAR y expulsión de Dorado. Piqué, por cierto, que fue noticia antes del encuentro ya que llegó al Nou Camp en bici.

Diez contra diez, el Barcelona tuvo más espacios y el Espanyol ya solo fiaba todo a la inspiración de Raúl de Tomás, solo en la punta del ataque. El único gol del encuentro llegó en el minuto 52 con Luis Suárez, que remachó una buena jugada en la que la clave fue el desmarque y el taconazo de Griezmann.

Con el 1-0, el Barcelona se dedicó a hacer un rondo inofensivo en el centro del campo. Bastante insultante, por cierto. En los últimos minutos, al Espanyol le dio un ataque de orgullo y sembró el peligro en las inmediaciones del área de Ter Stegen. El portero alemán realizó una buena parada a un gran remate de Raúl de Tomás desde fuera del área y la última ocasión fue para un equipo que ya está en Segunda División.