Real Madrid 1–0 Valladolid: Vini y Courtois hacen bueno el plan ZZ
Tres puntos más al zurrón para el actual campeón. Siete de nueve. Y la certeza de que sí, los que no le gustan a Zidane no le gustan por algo. Que alguien tome nota.
Zidane trazó un plan y Vinicius y Courtois se encargaron de que saliera bien, aunque por los pelos. Un gol del brasileño y tres magníficas paradas del meta belga fueron la tabla que el Real Madrid utilizó para evitar un naufragio con tintes catastróficos ante el Valladolid (1-0). El técnico madridista se labró un once inicial con mensaje y apuró tanto este que el partido casi se le atraganta. Victoria algo más que apurada y, esperemos, mensaje recibido por quien corresponda.
Fue el del Valladolid un partido reivindicativo. A la inusual mala leche de Zidane en la rueda de Prensa del martes, previa al encuentro, se sumó un once que apestaba a que si no querías caldo, toma dos tazas. Odriozola, Marcelo, Isco y Jovic, cuatro jugadores que no cuentan demasiado para el francés, titulares de golpe por Carvajal, Mendy, Odegaard y algún brasileño random.
Parecía, y posiblemente lo fuera, un mensaje directo a la directiva: si me faltan titulares esto es lo que hay. Y la verdad es que mientras el once alineado por ZZ estuvo sobre el campo, el Madrid provocaba más escalofríos que la primera gota fría del recién estrenado otoño.
El Madrid empezó a buen ritmo, pese a todo. Un paradón monumental de Roberto a remate de Valverde parecía la antesala de lo que parecía un partido plácido para el vigente campeón de Liga. Pero todo lo contrario. El partido se volvió muy espeso. En el centro del campo destacaba el capitán de los pucelanos, Michel, quien a sus 32 años dio un clínic de posicionamiento, descarga y buen hacer.
El Madrid, con Isco espesísimo, Benzema muy tapado, Marcelo despistado y Odriozola absolutamente blando, no encontraba los caminos hacia Roberto. Solo Jovic, con dos remates desviados que deberían haber ido a puerta, ponía algo de pimienta entre los locales. El serbio anduvo igual de Robocop que de costumbre, pero al menos chutó e incluso una vez a puerta, provocando otro paradón del meta albivioleta.
El Valladolid, que salió timorato, comenzó a encontrar a Orellana, Óscar Plano y Weismann y llegó al descanso más volcado sobre la meta de Courtois, aunque sin crear peligro palpable. Zidane no movió el banquillo en el inicio de la segunda parte, aunque el equipo lo pedía a gritos, y decidió postergar su malvado plan un poco más. En ese rato, además del paradón de Roberto a Jovic y el posterior remate de Casemiro al larguero, tuvo que emerger Courtois para salvar a los blancos con una estirada imposible a remate de Weismann.
Zidane decidió entonces dejar de jugar con fuego. Metió en el verde a Asensio, Vinicius y Carvajal y el Madrid, en cinco minutos, volcó el partido a su favor, con gol del brasileño en un doble error terrorífico de Bruno, central pucelano. No llegó pese a todo la calma a los blancos: Courtois no pudo guardar las alas en el armario gabanero y tuvo que ejercer de ángel salvador en un par de ocasiones más, mientras el Madrid era incapaz de matar el partido a la contra.
Aquello era una agonía, acrecentado por un chut de Modric al palo. Pero la agonía no acabó en La Matanza de Valdebebas. Tres puntos más al zurrón para el actual campeón. Siete de nueve. Y la certeza de que sí, los que no le gustan a Zidane no le gustan por algo. Que alguien tome nota.