Terrible 2020: ningún español entre los 20 mejores ciclistas del mundo
Desde que en 1993 Indurain fuera el mejor ciclista del mundo, siempre ha habido algún español en los primeros puestos. La fantástica racha se ha quebrado radicalmente este año.
Ya se ha conocido la lista de los nominados al Velo d’Or (el equivalente ciclista al balón de oro) y entre ellos no figura ningún español. Lógico si tenemos en cuenta la parca temporada en triunfos de este deporte en 2020. Apenas dos etapas en la Vuelta a España (Marc Soler y Ion Izagirre) y ningún podio en las tres grandes, ni tan siquiera en otras vueltas de prestigio.
La clasificación UCI World Tour habla por sí sola: no hay ni un solo ciclista español entre los 20 primeros del mundo. Y eso es algo que hace muchísimo tiempo que no pasaba.
No hay precedentes en este siglo. En realidad, no los hay desde que se realiza esta clasificación, en vigor, bajo diferentes formatos, desde 1993, año en el que Miguel Indurain era reconocido como mejor corredor del mundo tras ganar en el mismo año el Tour de Francia y el Giro de Italia.
De hecho, Alejandro Valverde, que este año ha acabado en la posición 22 del ranking como primer español, nunca ha dejado de estar entre los veinte mejores del mundo en toda su carrera, con la única excepción del año de su debut (2002) y las temporadas que no corrió por sanción (2010 y 2011).
El año pasado fue quinto, el anterior tercero, y ganó esta clasificación en los años 2006, 2008, 2009, 2014 y 2015. Es el ciclista en activo que más veces ha liderado esta clasificación.
Purito, mejor ciclista en 3 temporadas
Los éxitos españoles no acaban ahí. Purito Rodríguez la ganó en los años 2010, 2012 y 2013 y otros ciclistas españoles han ocupado con frecuencia la segunda y la tercera plaza de este ranking, como Alberto Contador, Samuel Sánchez, Luis León Sánchez, Miguel Indurain o Abraham Olano. Sin contar el número de veces que España como país ha liderado esta clasificación. Este año ha sido décima.
El ranking es un sistema de puntos utilizado por la UCI para clasificar a los ciclistas con los resultados obtenidos en todos los eventos del calendario. Este año, al igual que el anterior, ha sido dominado por el ciclista esloveno Primoz Roglic, a quien han seguido en el escalafón su compatriota Tadej Pogacar, el belga Wout Van Aert y el holandés Mathieu Van der Poel.
Es una clasificación que premia sobre todo la regularidad, de ahí el éxito de corredores como Primoz Roglic o Alejandro Valverde que, además de ganar clasificaciones generales, disputan todas las etapas y firman también segundos o terceros puestos que también puntúan.
No tiene por qué definir al mejor del mundo. Para muchos este año habrá sido Tadej Pogacar, capaz de ganar el Tour con mejor participación del siglo en los últimos compases. O Mathieu van der Poel, que batió sobre la línea a su archirrival Wout Van Aert en el agónico sprint del Tour de Flandes.
Pero no deja dudas sobre la regularidad y ofrece un fiel balance de la realidad competitiva del ciclismo profesional de nuestro país. Tras años dominando las carreteras mundiales (en 2008 los españoles ganaron el Tour, el Giro, la Vuelta y los Juegos Olímpicos), el ciclo de enormes deportistas que lograron todo aquello se ha retirado o está a punto de hacerlo.
Sin recambio inmediato
Y no hay recambio inmediato para la generación de los Purito, Contador, Valverde, Sastre, Sánchez y Freire. Consecuencia lógica del castigo que ha sufrido la cantera durante un largo periodo de tiempo. Los campeones no surgen de la nada, y correr durante tanto tiempo con apenas dos equipos profesionales –Movistar y Caja Rural- ha castigado mucho al ciclismo español.
Anestesiados por el eterno éxito de Valverde –campeón del mundo a los 38 años- apenas lo hemos visto venir, y se ha cristalizado en una temporada rara, donde carreras habitualmente propicias como la Volta a Catalunya, la Itzulia o la Clásica de San Sebastián no se han corrido y donde, a tenor de los resultados, los más jóvenes han sido los más beneficiados del parón que la pandemia ha obligado a realizar a todos los ciclistas.
Pero no es un espejismo. Es una crisis real como no se ha vivido en años y de la que solo se saldrá cuando se vuelva a apostar de verdad por la cantera. Algo que, afortunadamente, está volviendo a pasar. Con el ascenso del Kern Pharma a la segunda categoría del ciclismo mundial, cinco serán los equipos que militen es esa categoría en 2021: Caja Rural, Burgos BH, Fundación Euskadi, Eolo-Kometa y el citado Kern Pharma. Y a ellos tenemos que sumarles el Movistar en la categoría de oro.
No esperen triunfos inmediatos porque no es cosa de un día para otro, como tampoco lo fue caernos del pedestal. Pero ya es una buena noticia. Porque, aunque con plantillas internacionales, estos equipos se nutren en buena parte de jóvenes españoles, que encuentran ahora la oportunidad para saltar a profesionales que se les negaba hace unos años.
Ahora es cuestión de creer en ellos, y trabajar firme. Y a esperar que, con el tiempo, 2020 acabe siendo una anécdota en el brillante palmarés del ciclismo español de carretera.