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Real Madrid 2 – 0 Celta: Miña terra galega

Los goles de Lucas Vázquez y Marco Asensio dan los tres puntos a los de Zidane, que se afianzan en la segunda posición.

Asensio y Lucas Vázquez

Publicado por
Miguel Queipo

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Lo cantaba Siniestro Total, Miña Terra Galega. La versión ochentera-española del Sweet Home Alabama de Lynyrd Skynyrd. Lucas Vázquez, gallego, coruñés de Curtis, descuajaringó al Celta, de Vigo, con un gol y una asistencia. Igual que Asensio. Los de Zidane ganaron sin sustos pero sin aspavientos a los vigueses (2-0) fortaleciéndose en la segunda posición, a dos puntos del Atlético pero con dos partidos más. Muchos doses, pero el Madrid sumó tres, que es lo que cuenta.

En la primera parte pasaron tan pocas cosas que casi se podría resumir en este párrafo. A los seis minutos, Nacho sacó bajo palos una clara ocasión de Iago Aspas y en la contra, la máxima futbolística del “quien perdona lo paga” se hizo realidad: gol de Lucas Vázquez, y de cabeza. El coruñés del Madrid adelantando a los blancos ante el Celta de Vigo que capitanea el pontevedrés de Moaña. Miña terra galega en el Di Stéfano.

Realmente no hubo nada más. Los dos equipos salieron presionantes arriba, pero ninguno de los dos se puso nervioso a la hora de sacar el balón jugado. Eso sí, en cuanto pasaban el círculo central era la nada absoluta en ambos equipos. Iago Aspas pasaba totalmente inadvertido porque el Madrid cerraba en bloque medio-bajo y achicaba los espacios, y lo mismo pasaba con Benzema, ahogado en medio de la nada.

Con los dos equipos sin poder correr, algunos chisporroteos de Asensio, que había dado el pase del 1-0 a Lucas Vázquez, y el bailecito de salón que le dedicó Modric al peruano Tapia, hizo con él lo que quiso, fueron lo más destacado por los de Zidane, con Varane y Mendy de nuevo haciendo aguas con el balón en los pies, que no defensivamente.

Por el Celta solo el revivido Denis Suárez, que movió con soltura al equipo vigués, intentaba darle velocidad al balón, con Brais Méndez de bajón y Migueito Baeza en el banquillo esperando su oportunidad en el estadio que fuera su casa. Una ocasión de Carvajal de volea desde la frontal (curioso la cantidad de ocasiones que está encontrando el lateral madridista en este tramo de temporada esperando rechazos a balón parado) fue la única ocasión de todo el resto de primer tiempo: se fue lamiendo el poste izquierdo de la meta de Rubén.

La segunda parte comenzó con dos pésimas noticias para el cuadro olívico: primero, que Iago Aspas se lesionó tras un golpe con Nacho. Y la segunda, que sin solución de continuidad Asensio, a pase de Lucas Vázquez tras una pérdida ridícula de Murillo, llevó el 2-0 al marcador. Sin la mejor baza ofensiva celtiña sobre el campo y una renta de dos goles, aquello parecía pan comido. Sobre todo, porque Zidane corrigió los espacios que había permitido a Denis Suárez en el primer acto poniendo a Casemiro sobre el cogote del ex barcelonista. Y el brasileño se dio un festín de recuperaciones.

El partido estaba tan decidido, pasaban tan pocas cosas sobre el césped pese a que Baeza ya estaba sobre el campo y casi pudo marcar en el 93’+, que Zidane hizo los cinco cambios. Le dio unos extraordinarios cinco minutos a Odegaard, Hazard y Vinicius, y un poco menos a Mariano. Si con eso tienen que coger ritmo y ganar confianza, aviados van…