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Que Filomena no quite tus ganas de correr: puedes hacerlo sobre la nieve

Pese a que las calles de muchas ciudades estén aún cubiertas de nieve por el efecto de Filomena, podemos salir a correr, aunque para ello, mucho mejor tener en cuenta estos consejos.

Kilian Jornet corriendo sobre la nieve.

Publicado por
Gabriel García

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Con la llegada de Filomena, muchas calles de ciudades y pueblos han quedado completamente cubiertas por un manto blanco. Si, a pesar de ello, quieres mantenerte en forma o simplemente disfrutar corriendo, aquí van nuestros consejos:


Conoce bien el recorrido

Saber por dónde sales a correr, teniendo en cuenta que puede haber peligros que, a priori, estén tapados, es fundamental. Además, es importante no mirar simplemente hacia abajo, sino también hacia arriba: las ramas de los árboles pueden jugarte una mala pasada.


Tómatelo con calma

Olvídate de entrenamientos de alta intensidad, ya que hay más probabilidades de que te lesiones (por caída o por roturas fibrilares a causa del frío).


Elige las zapatillas adecuadas

Si solo hay nieve, escoge zapatillas de montaña con un taco plano que abarque más superficie (evitando los tacos que acaban en punta). Si la nieve se ha convertido en hielo, deberías optar por la utilización de crampones, los hay específicos para correr. Para mantener tus pies secos, las zapatillas de Gore-Tex siempre son una buena opción.


Cuidado con la hora

Evita la primera hora de la mañana y la última de la tarde. Las probabilidades de que haya placas de hielo aumentan y queremos evitar las caídas.


Corre sin miedo

Realizar una pisada firme y con confianza es fundamental para evitar accidentes. En las subidas, si la nieve es lisa u homogénea, debes clavar la punta del pie; si la nieve ya ha sido pisada, busca los hoyos y los peldaños que ya se han creado. En los descensos, intenta no frenar demasiado, abre los brazos para equilibrarte y déjate llevar por el deslizamiento.


Utiliza bastones

Aunque vayas a correr por ciudad, debido a la nieve acumulada, puede que no sepas por dónde vas a pisar. Gracias a la ayuda de los bastones podrás ir tanteando el terreno, especialmente si vas por calles o caminos que no han sido pisados.


Trabaja la fuerza, pero sin excederte

La resistencia que nos brinda la nieve es una buena aliada para trabajar más la fuerza de nuestras piernas, ya que el esfuerzo para recorrer la misma distancia incrementa considerablemente. Eso sí, aunque estés en forma, evita los entrenamientos largos, ya que es muy probable que tengas agujetas después de una sesión sobre la nieve.


Acompañado, mejor

A pesar de que creas que conoces a la perfección los lugares por los que vas a pasar y que lo tienes todo bajo control, el riesgo es mayor que en cualquier otra salida.


Hidrátate y come más que nunca

El cuerpo, intentando entrar en calor, gastará más calorías que en una salida con temperaturas moderadas, por lo que es importante que lo tengas en cuenta, especialmente si decides hacer una tirada larga.


Adopta el principio de las tres capas

El abrigo cobra una importancia vital, por lo que debes usar una primera capa transpirable, una segunda capa para regular el aporte de calor (un forro polar) y una tercera capa para protegerte de la nieve y del viento (una chaqueta cortavientos).

¿A qué estás esperando para vencer tus miedos y lanzarte a la aventura de correr por las calles de tu ciudad?

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