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El exilio de los atletas madrileños sin el Retiro ni la Casa de Campo

El cierre de dos de los parques madrileños más concurridos por los corredores propiciado por los efectos de Filomena ha provocado que haya que buscar nuevos lugares para hacer ejercicio.

Imagen de la madrileña Casa de Campo, completamente nevada tras el paso de Filomena.

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Gabriel García

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Tras el paso de la borrasca Filomena por la Península Ibérica, siguen siendo incontables los destrozos causados por la nieve. Especialmente en la capital y en sus parques más importantes: el Retiro y la Casa de Campo.

Los grandes pinares que se plantaron en la Casa de Campo tras la Guerra Civil han sufrido daños que aún no se pueden calcular. El delegado de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Borja Carabante, declaró que de los 880.000 árboles que hay en este bosque urbano de 1.700 hectáreas, al menos 550.000 habrían sufrido afecciones por el temporal.

Según el Ejecutivo municipal, "1.100 efectivos se dedicarán intensamente durante los próximos 50 días a las labores de revisión, poda y retirada del arbolado dañado", sirviendo de apoyo a las brigadas municipales. A pesar de la ayuda recibida, los empleados apuntan que tienen trabajo para más de un año teniendo en cuenta la magnitud de los daños.

Por estos motivos, el Ayuntamiento de Madrid anunció esta semana que los dos grandes pulmones de la ciudad permanecerán cerrados durante un mínimo de dos meses, hecho que ha afectado considerablemente al lugar habitual de entrenamiento de los marchadores y maratonianos de élite, además de los deportistas de otras disciplinas -como el triatlón- que realizan la mayor parte de sus sesiones de entrenamiento semanales en estos grandes jardines.

Gracias a la proximidad del Centro de Alto Rendimiento (la residencia Joaquín Blume), situado a menos de un kilómetro de la Casa de Campo, no es difícil encontrarse con triatletas profesionales doblando sesiones de bici y carrera, ciclistas de montaña mejorando su resistencia en las zonas más técnicas y maratonianos subiendo el cerro de Garabitas o dando una vuelta a su famosa Tapia. Desde el anuncio del cierre, los deportistas de las diferentes disciplinas están buscando soluciones lejos de la capital para poder mantener la forma en una temporada que no se presenta nada fácil: a la incertidumbre respecto a la celebración de ciertas pruebas, se han unido las dificultades producidas por Filomena.

Pero no solo se han visto afectados atletas de élite, ya que el cierre del parque urbano más grande del mundo (la Casa de Campo) y el Retiro también ha afectado a los atletas populares de la capital, que suelen acudir junto a amigos y clubes de corredores a ambos lugares para dar rienda suelta a su pasión compartida: el running.

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