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Un gol de Piqué en el 93 y una ayuda arbitral hacen al Barça finalista de Copa

El Barça jugará la final de la Copa al remontar ante el Sevilla (3-0) una eliminatoria que tenía perdida en el 93 y que habría cambiado si el árbitro hubiera pitado penalti a Lenglet.

Dembelé fue el más destacado del Barcelona y autor del gol.

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El Fútbol Club Barcelona jugará la final de la Copa del Rey el próximo 17 de abril después de remontar milagrosamente la eliminatoria ante el Sevilla, que estaba virtualmente clasificado en el minuto 93.

El Barcelona copió el grandísimo encuentro con el que pasado sábado ganó al Sevilla (0-2) en el Sánchez Pizjuán. Al menos, en la primera parte, en la que el equipo blaugrana fue muy superior y el conjunto de Lopetegui apenas vio el balón. Intentaba presionar arriba, pero el Barcelona siempre sorteaba la presión y se lanzaba al ataque.

Dispuso de numerosas ocasiones el Barcelona durante ese primer tramo, exhibiendo un grandísimo juego coral, aunque el que más destacó fue, como en los últimos encuentros, el francés Dembelé. El delantero galo sorprendió a todos, el portero del Sevilla Vaclik incluido, golpeando a la escuadra un tremendo disparo desde fuera del área. Era el minuto 12 y el Barcelona ya tenía medio trabajo hecho.

El Barcelona volvió a demostrar la evolución de su juego y, con Griezmann en el banquillo por tercer partido consecutivo, Pedri, De Jong y Dembelé dictaban el ritmo de juego, con Lopetegui desesperado en la banda.

Pareció que el Barça quería reservarse un poco tras la salida de vestuarios posterior al descanso. Esto, unido al triple cambio de jugadores y de sistema del Sevilla, dio la vuelta al encuentro y la segunda parte estuvo muchísimo más equilibrada.


Penalti fallado por Ocampos

La jugada clave del encuentro llegó en el minuto 72, cuando un contragolpe de manual realizado a la perfección por En-Nesiry, dejó solo a Ocampos, que acababa de reaparecer un mes después de la lesión en aquella jugada con Djene. Mingueza no se pudo quitar del medio y realizó un penalti claro sobre el argentino. Un gol sevillista hubiera acabado con la eliminatoria, pero apareció Ter Stegen y detuvo la pena máxima lanzada por el propio Ocampos.

El Barça, ya con Griezmann en el terreno de juego, buscó aprovechar la vida extra otorgada por el Sevilla y lo intentó de todas maneras, aunque siempre con especial significación para Dembelé, que lanzó a las nubes un par de buenas ocasiones. En una de ellas, incluso, llegó a lesionarse levemente, por lo que fue cambiado por Trincao en los minutos finales.


Piqué iguala la eliminatoria en el 93

El acoso del Barcelona fue intensísimo en el tramo final, con buenos cambios ofensivos de Koeman, todo el equipo volcado en el ataque e intentando evitar la eliminación de la Copa del Rey. Ya en el descuento, Fernando fue expulsado por doble amarilla y Messi no pudo marcar de falta directa. Pero, en la siguiente jugada, un centro fantástico de Griezmann lo cabeceó Piqué, importantísimo su regreso, a la red. Era el minuto 93 y, como sucedió en Granada, el Barcelona empataba la eliminatoria en el último momento.

Media hora por delante, pero con un jugador menos. Mal panorama para el equipo de Lopetegui, al que solo le sobró un minuto para seguir haciendo historia en el Sevilla. Como no podía ser de otra manera, el tercer gol llegó y lo hizo muy pronto. En el 95, Braithwaite cabeceó a las mallas y dejó prácticamente sentenciada la eliminatoria.

Sin embargo, el Sevilla sacó su orgullo y, con 10 jugadores, subió al ataque en busca de la remontada. Tanto que en el minuto 100, ni el árbitro ni el VAR quisieron señalar como penalti una mano clara de Lenglet dentro del área culé. Era involuntaria, pero penaltis como ese se han indicado varios esta misma temporada. No hay quién entienda el asunto de las manos y, los que menos, los indignados sevillistas, que no pararon de recibir amonestaciones por sus protestas.

El miedo se metió de lleno en el cuerpo de los aficionados del Barcelona, cuando vieron que Piqué se lesionaba en su rodilla derecha, la misma que le mantuvo más de dos meses fuera de los terrenos de juego. Se la hizo, además, él solo, pero el central blaugrana pudo continuar hasta el final, aunque cojeando ostensiblemente y con poca seguridad en el golpeo.

El Barça jugará la final ante el equipo que venza mañana la eliminatoria entre el Levante y el Athletic Club de Bilbao, cuyo primer partido acabó 1-1 en San Mamés.