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El Chelsea fue el mejor ante el Atleti y Simeone se cubre de gloria

El Atlético se despide de la Champions tras perder ante el Chelsea (2-0) de manera justa en un encuentro en el que Savic fue expulsado y Simeone retiró a Suárez a la hora de juego.

Ziyech, en el momento de marcar el gol del Chelsea.

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Se acabó la aventura europea del Atleti. El equipo rojiblanco volvió a ser claramente inferior al Chelsea y cayó en Londres por 2-0, cerrando un pésimo global de 3-0 tres semanas después del partido que le dejó medio condenado en Bucarest.

No se le pudo reprochar nada a Simeone respecto a su planteamiento inicial. En el partido más importante de la temporada se olvidó de los tres centrales y alineó a Joao Félix en el lugar en el que joven portugués tiene más posibilidades de brillar, justo por detrás de Luis Suárez y con cierta libertad para defender. Y así fueron los primeros cinco minutos del encuentro, con el Atleti intentando sorprender al Chelsea, con marcada vocación ofensiva y con un par de lujos de Joao que asustaron al equipo londinense.

Pero fue un espejismo. Ya en el minuto 10, el equipo de Tuchel dominaba en el encuentro y combinaba con muchísimas más eficacia que el Atlético. Donde el Chelsea presionaba y ponía en franca duda a la defensa y el centro del campo rojilblanco, el once de Simeone trataba de hacer lo mismo, bien arriba, pero el equipo de Stamford Bridge salía con claridad de su propio campo.

Jugaba mejor el Chelsea, pero Oblak, al igual que el irregular Mendy, eran meros espectadores. En una de las contadas jugadas de ataque del Atlético, la parroquia colchonera pidió penalti. El navarro Azpilicueta, capitán del Chelsea, agarró muy levemente a Carrasco en una jugada franca para Mendy. Quizá no fue para señalar penalti, pero nadie le mandaba al ex de Osasuna estirar el brazo para atrapar al belga.

El único tanto del Chelsea llegó en el minuto 34, cuando de un mal centro de Trippier, el Chelsea arrancó un brillante contragolpe. Timo Werner condujo hasta que dejó solo a Ziyech. El marroquí, en el centro del área grande batió a Oblak, en una de esas típicas pelotas que, otros meses, el esloveno detenía para sorpresa de propios y, sobre todo, de extraños.

Con un gol en contra y la eliminatoria prácticamente perdida, el Atleti suficiente tuvo con sacar como pudo los constantes envites de un Chelsea velocísima a la contra y fácil en los pases.

El Atlético salió al banquillo con Mario Hermoso en lugar de Lodi, que tenía tarjeta amarilla, y Simeone volvió a los tres centrales con los carriles abiertos para Carrasco y Trippier, pero nada cambió demasiado. Sabedor de que necesitaba dos goles, el técnico argentino quitó a Carrasco para dar entrada a Dembelé, que tan buena imagen dejó el pasado sábado en Getafe. Mucho ataque, necesario, y mucho riesgo, obvio, en las contras lideradas por esas dos flechas llamadas Werner y Ziyech.

Pese a todo, las dos primeras ocasiones de la segunda parte fueron para el Chelsea con dos tiros del alemán y del marroquí, que fueron rechazados por Oblak para gozo de los sufridos seguidores colchoneros.


Esa sonrisa de Luis Suárez al ser sustituido

A la hora de partido, Simeone sorprendió hasta a sus más fieles. Necesitando dos goles para superar la eliminatoria, quitó a Luis Suárez. 18 goles al banquillo. La sonrisa del uruguayo según salía de Stamford Bridge dejó clara su incredulidad por el movimiento de su entrenador, asombro generalizado entre toda la parroquia del Metropolitano. Correa entró por Luis Suárez, pero todo seguía igual, con el Atlético inoperativo en ataque y las únicas ocasiones, a favor del Chelsea.

Muchos recordaron en ese momento que Simeone también retiró del campo a Diego Costa el año pasado cuando el equipo necesitaba ganar en Liverpool. En aquella noche irrepetible, Marcos Llorente le sustituyó y se encumbró. Dos decisiones arriesgadas con sucesivos aciertos parecían demasiado.

Sacó Simeone a otro jugador ofensivo más, Thomas Lemar, y lo hizo sustituyendo a Trippier. El Atlético se iba con todo al ataque, pero más por jugadores que por sistema de juego y, sobre todo, acierto, que de eso hubo bien poco vestido de rojiblanco en toda la noche londinense. En todo caso, no tuvo su partido más brillante Simeone, que agotó el turno de los cambios sin poder hacer el último por haber usado las tres ventanas disponibles en cambios individuales.

Y toda esa revolución, para nada porque el Chelsea, sin hacer ningún cambio hasta el minuto 75, seguía combinando con velocidad y con precisión y, solo la buena suerte, impedía la llegada de ese segundo gol que acabaría definitivamente con la eliminatoria.

En uno de los escasos acercamientos rojiblancos, Mendy despejó el centro-chut de Joao Félix. Cómo tendrá que estar de mal Kepa para que ni antes Lampard, ni ahora Tuchel, confíen en el portero español dando la titularidad a Mendy al que, para colmo, el Atleti apenas probó.


Expulsión por codazo de Savic 

Lo que acabó de eliminar al Atlético, que ya lo había merecido durante los dos partidos, fue la roja señalada a Stefan Savic. Fue en un córner a favor, cuando el montenegrino soltó el codo hacia el pecho de Rudiger. Quizá no fue para expulsión, pero codazo hubo y, ante eso, el VAR solo pudo confirmar la decisión del italiano Orsato.

A partir de ese momento, el Chelsea siguió empeñado en perdonar, lo mismo que Dembelé, que erró lastimosamente el penúltimo atisbo de ocasión que tuvo el Atlético en este tristísimo final de aventura europea. La última fue de Joao Félix, quizá el único futbolista colchonero que logró el aprobado. El postrero gol de Emerson Palmieri, que acababa de salir del banquillo, fue ya una anécdota.

No deja ninguna noticia buena la eliminación del Atlético en Champions. Se puede decir que ahora se podrá dedicar por completo a esa Liga que aún lidera con 4 puntos de ventaja sobre el Barcelona, pero la imagen dada en este doble enfrentamiento ante el Chelsea es más que preocupante. Al menos tanto como la carita que puso Luis Suárez al verse en el banquillo con media hora por jugar y 2 goles por marcar.

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