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El martillo es de Verstappen

Después de temporadas de insultante dominio de Hamilton y Mercedes, el testigo lo ha tomado Vestappen en su Reb Bull, que ha ganado en Francia en una discreta carrera de Alonso y Sainz.

El martillo es de Verstappen

Publicado por
Miguel Queipo

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El martillo lo tiene ahora Max Verstappen, cada vez más líder del mundial. El neerlandés de Red Bull se impuso en el GP de Francia de Fórmula 1 en una carrera en la que por velocidad y estrategia los monoplazas energéticos demostraron estar un paso por delante de los Mercedes, los otrora dominadores con puño de hierro del campeonato.

El heptacampeón mundial Lewis Hamilton acabó segundo, tras perder el liderato de la prueba a vuelta y media del final, mientras que tercero terminó el mexicano Checo Pérez con el segundo Red Bull. Fernando Alonso llevó a su Alpine al octavo puesto mientras que Carlos Sainz se vio fuera de los puntos lastrado por el paupérrimo ritmo de los Ferrari con neumáticos duros y medios.

Hasta el pasado curso y desde el comienzo de la era híbrida. el equipo AMG Mercedes Petronas parecía más la maquinaria de un reloj suizo que un equipo de Fórmula 1. Todo le salía siempre de cara. Tenía al piloto más veloz, el mejor motor, el mejor paquete aerodinámico, elegían siempre las mejores estrategias y su jefe de equipo, Toto Wolff, no sólo no parecía borde, sino que a veces hasta caía simpático.

Pero esta temporada todo eso ha cambiado. Los errores en Mercedes se suceden en cadena, en estrategias, en paradas en boxes, en diseño del monoplaza. Hamilton no parece cómodo en el monoplaza y a Bottas le han cortado la cabeza aunque no lo hayan hecho público y el finlandés se ve seriamente afectado por ello. Y Toto Wolff ya es lo que siempre ha sido: un borde.

En Francia, Verstappen partía desde la pole pero cometió un error en la largada pasándose de pasada en la primera curva y dejando la primera posición a Hamilton. La carrera, prevista a una parada, parecía ya perdida para el holandés. Pero Red Bull le supo comer la tostada a Mercedes para devolverle el adelantamiento al otrora rey del Hammertime.

Primero, anticipando su parada en boxes en la a priori única parada prevista, lo que le permitió a Verstappen hacer un undercut de manual y recuperar el primer puesto ante la falta de cintura de Wolff y Mercedes. Y luego, porque cuando Verstappen lideraba y había dudas sobre si las gomas llegarían a final, los energéticos decidieron que el neerlandés pasara de nuevo por garajes para un segundo cambio, a priori no previsto y que pilló a Mercedes en su vertiente veraniega, en calzoncillos.

Desde esa parada, con Verstappen 20 segundos por detrás de Hamilton y Bottas pero con neumáticos de compuesto más blando y mucho más frescos, quedaba por saber si el líder del mundial llegaría a recuperar la posición que perdió con esa parada extra. Pam, pam, pam. A ritmo de vuelta rápida Max se situó tras Bottas y le adelantó por un error garrafal del finlandés. Pam, pam, pam. A dos vueltas del final, se puso a la estela de Hamilton y en cuanto le metió el morro bajo la caja de cambios del Mercedes, le adelantó. El martillo es neerlandés y o la de las tres puntas recupera la precisión perdida o el Mundial dejará de ser suya.

Respecto a los españoles, su carrera fue un quiero y no puedo. Fernando Alonso volvió a verse lastrado por un Alpine que parecía un coche de rallies más que un monoplaza de competición, dada la facilidad para destrozar neumáticos del coche francés. Salió noveno y acabó octavo, tras una buena salida, una malísima parte media de carrera y un final en el que le faltaron un par de vueltas extra para intentar pasar a Gasly.

Mientras, Ferrari hizo una carrera pésima: la rossa ha hecho un monoplaza que no funciona con neumático duro y dependiendo del circuito, tampoco con medios. Eso perjudicó a sus pilotos y les hundió en la clasificación: Sainz salía quinto y acabó undécimo y Leclerc acabó aún más perdido en la tabla, peleando con los Alfa Romeo. Malos tiempos para los de Maranello.