Sheriff 0 – 3 Real Madrid: Deberes hechos y a octavos
Marcaron Alaba, Kroos y Benzema y ya solo falta por saber si los blancos pasarán como primeros o segundos de grupo. Se decidirá en el encuentro ante el Inter.
Casi como un paseo, como tuvo que ser en aquella derrota en el Bernabéu de hace un par de meses que acabó en pesadilla, el Real Madrid le birló la cruz al Sheriff en Tiraspol ganando 0-3 sin apenas despeinarse, siendo muy superior sobre el césped y sellando su pase a octavos de final gracias a los goles de Alaba, Kroos y Benzema. Solo queda por saber, en la última jornada, si el Madrid acabará primero o segundo.
Al Madrid le van estos partidos, tipo Sheriff o tipo Granada, como anillo al dedo. Equipos que no tienen un poderío físico superior, que defienden en bloque bajo, con dudas acerca de la conveniencia de cerrar por fuera o por dentro… En Los Cármenes los de Ancelotti se dieron un festival y en Transnistria también, aunque la región moldava sea tan impronunciable como para ahogarse si tratas de decir su nombre comiendo un canapé.
El preparador italiano, con buen criterio, no reservó a nadie para el choque contra el Sheriff, conocedor de que una bala perdida salida del revólver de cualquier jugador del equipo moldavo podría tumbar el brioso corcel madridista, como ya sucediera en el Bernabéu. Así que equipo de gala, con Militâo por Nacho y Rodrygo por Asensio respecto a los once que jugaron en Granada. Y con ellos, el Madrid logró la clasificación para octavos y espantó los fantasmas.
Fue un partido facilón. El Sheriff defendía en bloque más bajo que los taburetes de Torrebruno y además, no quería el balón: sus dos únicos recursos eran el pelotazo a Adama Traoré y los disparos de Thill, el francotirador (o 'luxemburgotirador', más bien) del Bernabéu. Kroos y Modric, ante rivales así, se gustan. Se miran al espejo y rejuvenecen cinco años.
Y su prestancia es casi similar. Un poco de velocidad a la bola cuando era necesario y rival desparramado, como en los viejos tiempos. El primer tiempo fue un recital madridista que acabó 0-2 (con goles de Alaba de falta directa y de Kroos) como pudo acabar 0-5, 0-10 o 0-30 en caso de haber sido necesario. Fue un entrenamiento de activación con público, cosa que los jugadores agradecen porque sonríen siempre.
Cómo fue la cosa que sonrió hasta Benzema, condenado por la mañana tras la sentencia del Caso Valbuena. El galo se quitó las penas en el segundo tiempo marcando un gol, el 0-3 (en la primera parte le fue anulado otro) aunque al Madrid se le heló el gesto cuando Alaba se quejó de molestias musculares y pidió el cambio. Se marchó el austriaco y de repente el Sheriff se convirtió en John Wayne: dos buenísimas paradas de Courtois y un lanzamiento de Thill a la madera, todo en un minuto. Una ensalada de tiros que, sin embargo, no tuvo trascendencia en el marcador.
El partido acabó con el susto, tremendo, que dio Traoré, quejándose de un dolor en el pecho en una jugada en la que nadie le golpeó y cayendo al suelo con mala cara. Se marchó por su propio pie, fue sustituido y dio la sensación de que la cosa no fue a mayores. Mejor. El partido estaba resuelto, el Madrid en octavos, el Sheriff en Europa League y solo queda por dilucidar si los blancos serán primeros o segundos, algo que decidirá el choque ante el Inter de la próxima jornada, en pleno puente de diciembre.