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El Atleti más 'cholista' vence al Oporto y pasa a octavos de final

El conjunto colchonero sacó su mejor versión cuando el partido se ensució tras las expulsiones de Carrasco y Wendell. Salvador Oblak, goleadores Griezmann, Correa y De Paul (1-3)

Los jugadores del Atlético de Madrid celebran uno de los goles

Publicado por
Adrián A. García

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El Atlético de Madrid estará en octavos de final. El conjunto colchonero, al más puro estilo Cholo Simeone, hizo sus deberes ante el Oporto (1-3) y aprovechó la derrota del Milan ante el Liverpool para pasar a la siguiente ronda de la Champions League. Oblak, salvador; Griezmann, Correa y De Paul, goleadores.

A pesar de la alegría final, el encuentro comenzó con malas noticias para el Atleti. A los 12 minutos, Luis Suárez tuvo que retirarse con un problema muscular y su lugar lo ocupó Cunha. En las áreas no había ocurrido nada hasta el momento, pero perder al uruguayo, un auténtico depredador, nunca es positivo.

Nunca sabremos qué habría ocurrido si el charrúa hubiera sido el destinatario del envío de Carrasco al paso por el 21. El belga realizó una buena jugada por la banda, centró y Cunha remató de tacón, pero Diogo Costa tapó con el pie. El rechace del meta lo rozó Griezmann y Llorente, escorado, finalizó la jugada de nuevo al cuerpo del arquero portugués.

Fue la única llegada peligrosa del Atlético de Madrid en el primer periodo. A partir de entonces solo existió el Oporto en ataque y Oblak tuvo que emplearse a fondo en dos ocasiones. La primera, a tiro a la media vuelta de Evanilson y la segunda, tras una llegada desde atrás de Grujic. Entre medias, Lemar estuvo a punto de hacerse un autogol a la salida de un córner.

El ímpetu portugués no cesó tras el paso por los vestuarios y Taremi dispuso de dos oportunidades muy claras en los primeros cinco minutos. Un error grave de Carrasco en la línea de fondo lo recogió Otavio y su pase atrás lo envió arriba el iraní. Poco después, una contra del Oporto acabó en los pies del ariete y su disparo cruzado lo sacó Oblak con un gran pie.

Al Atlético le costaba sacudirse el dominio local, pero cuando lo hizo se puso por delante. Un córner desde la derecha lo peinó el propio Taremi al segundo palo y allí apareció Griezmann para meter el pie y marcar a puerta vacía.

Con el gol colchonero se acabó el fútbol y comenzó la batalla campal. Había mucho en juego y las revoluciones aumentaron en los dos equipos. En el 66, Carrasco dejó al Atleti con diez después de golpear la cara de Otavio en una pugna por el balón con el juego detenido; tres minutos después, Wendell siguió el mismo camino al poner el codo en el cuello de Cunha en una acción similar. La expulsión del lateral derivó en una bochornosa pelea multitudinaria en la zona de los banquillos, que también perdieron integrantes.

En ese descenso al barro emergió el Atleti clásico, el del Cholo Simeone de estas temporadas de atrás. No concedió en defensa y aprovechó las contras para matar el choque. En el 89, Griezmann habilitó a Correa para que anotara el 0-2 en un mano a mano; en el 91, Rodrigo de Paul culminó una acción que él mismo inició al recuperar una pelota en la banda. El éxtasis se adueñó del banquillo colchonero y con el penalti transformado por Oliveira se llegó al final. El Atlético de Madrid sigue vivo en la Champions League.

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