El Barça tampoco sabe ganar en El Sadar
El conjunto azulgrana se adelantó en dos ocasiones, pero no supo conservar la victoria ante un Osasuna intenso. Polémica en el gol de Abde por una mano de Busquets en el área culé (2-2)
El Barcelona tampoco ha podido ganar en El Sadar. El conjunto azulgrana se puso por delante en dos ocasiones ante Osasuna, pero los de Arrasate demostraron una vez más que son un equipo rocoso e intenso del que nunca te puedes fiar. Nico González y Abde se estrenaron como goleadores en el Barça, pero David García y Chimy Ávila dejaron el marcador en el 2-2 definitivo.
Sorprendió Xavi Hernández con su once inicial. Ante las bajas, el técnico apostó por tres centrales -Araujo, Piqué y un inédito hasta la fecha Umtiti-, sin carrileros, Abde y Dembélé como extremos y Luuk de Jong, el único delantero sano, en punta. Con este esquema priorizaba la acumulación de hombres por dentro ante un Osasuna que presiona mucho y muy bien.
La igualdad fue la nota dominante durante los primeros 45 minutos. El Barça tuvo la posesión, pero solo Abde fue capaz de crear peligro a una ordenada defensa rojilla. El extremo lo intentó una y otra vez y entró con decisión por la izquierda, pero no contó con la compañía de Luuk de Jong y Dembélé, tan desaparecidos como desacertados.
Los goles llegaron pronto. En el 11, Gavi vio la entrada de Nico González desde segunda línea y le puso un balón medido para que el centrocampista controlara y batiera a Sergio Herrera. Pero la tranquilidad no es una cualidad que perviva mucho tiempo en el Barcelona. Apenas dos minutos después, una falta lateral la cabeceó a la red David García, libre de marca.
La segunda mitad comenzó con polémica. El Barça se puso por delante en el 48 gracias a un gol de Abde, que vio recompensado por su trabajo con su primer tanto como azulgrana, pero la jugada vino precedida de una mano de Busquets en el área culé. Gavi despejó y el balón golpeó en el brazo de su capitán, pero Martínez Munuera estaba bien colocado y dijo que no era una acción punible. Mano evasiva y procedente de un compañero.
El encuentro ganó en intensidad. Osasuna, enfadado por la mano no señalada de Busquets, apretó en busca del empate. Mientras tanto, el Barcelona quería matar el partido a la contra y Dembélé rozó el tercero con un disparo al palo largo que se fue por muy poco. Al paso por el 72, Xavi quiso protegerse con la entrada de Mingueza en lugar de Nico González. De esta manera, el cuadro culé pasó a jugar con defensa de cuatro para defenderse de las cometidas pamplonesas.
Los de Arrasate bombardearon el área de Ter Stegen y encontraron su premio en el 86. En uno de tantos centros, la pelota salió rechazada a la frontal hacia la posición de Chimy Ávila, que soltó un derechazo que pasó entre los defensores hasta alojarse en la red. Al final, empate a dos en un duelo disputado e igualado.