Sirenas antiaéreas, el himno, PCR sospechosa: el calvario de Gernika en Turquía
En una encerrona de las de toda la vida, las chicas del equipo de baloncesto vasco sufrieron todo tipo de presiones en Turquía. Belén Arrojo y el técnico, Mario López, aún están allí.
Los componentes del Lointek Gernika, de la Liga femenina de baloncesto, difícilmente podrán olvidar lo que les ha sucedido, bueno, en realidad, lo que les está sucediendo, en estas últimas horas. El equipo vizcaíno se desplazó a Turquía para disputar el partido de vuelta de los playoff de la Eurocup frente al Çukurova. La victoria en territorio español había sido amplia, 24 puntos, por lo que el claro favorito para superar la eliminatoria era el equipo vasco.
Pero todo se torció desde el comienzo. Nada más llegar a Turquía, exigencia de realización de pruebas PCR a los miembros de la expedición. Más o menos comprensible, aunque no tanto el resultado, que fue negativo para todas las jugadoras, salvo para la capitana del equipo, la internacional Belén Arrojo, que por este motivo no pudo disputar el partido. Solo horas más tarde, la propia jugadora dio negativo en una prueba realizada en un hospital y no en el hotel, como en el sospechoso primer positivo.
Y, ya en el pabellón y sin el concurso de su capitana, el Lointek Gernika se vio completamente superado por la situación. Una encerrona de las que que eran habituales hace treinta o cuarenta años, cuando cualquier equipo español jugaba en una ciudad perdida de Rusia o de Yugoslavia y nadie se enteraba de lo que allí sucedía.
Ni que decir tiene que los árbitros fueron completamente parciales a favor del equipo turco, pero es que resultaba complicadísimo jugar cuando, en cada ataque, sonaba por la megafonía el himno del país y unas sirenas antiaéreas que hacían imposible cualquier concentración. Obviamente, y con semejante panorama, el Çukurova superó la eliminatoria tras imponerse a Lointek por 29 puntos.
Paula Ginzo, jugador del equipo vasco, relató parte del calvario sufrido en Turquía y lo hacía en SER Bilbao, recordando que "la gente se nos tiraba encima, casi nos daban con las trompetas que habían repartido en la cabeza, ponían sirenas antiaéreas que nos teníamos que agarrar la cabeza de lo fuerte que sonaba, nos pusieron 7 altavoces al lado del banquillo para que no pudiésemos escuchar nada, el himno turco, el speaker contando la posesión que nos restaba… Tirábamos tiros libres con las sirenas que nos mareaban. De los árbitros prefiero no hablar, quiero ser políticamente correcta".
Con la derrota y el maltrato sufrido en el cuerpo, el equipo español comenzó el viaje de vuelta, pero a Belén Arrojo no la dejaron volver hasta que no diera un nuevo negativo en su tercera prueba PCR. El técnico, Mario López, decidió quedarse con la capitana en la localidad de Mersin, al sur de Turquía, y el resto de la expedición emprendió el regreso.
"Nunca pensé que se pudieran superar ciertos límites en un deporte tan bonito como el baloncesto, pero hoy ha sucedido en Turquía, con mis compañeras y conmigo. Frustración, impotencia, rabia y desesperación. Enhorabuena a los ganadores del día de hoy, sin duda llegarán muy lejos", escribió la jugadora en su cuenta oficial de Twitter.