Dani Ceballos, un jugón que no puede seguir calentando el banquillo
Es todo un lujo tener a un jugón calentando el banquillo. Un futbolista que tiene magia en sus botas y que puede desatascar el juego blanco y romper las cerradas defensas rivales.
Dani Ceballos, en el banquillo del Real Madrid.
Tiene clase, calidad. No le quema el balón en los pies y posee una fantástica visión del juego. Tan pronto te pisa la bola como busca un caño. Un jugador que desespera a los rivales con su repertorio. Un jugador que se ofrece, que mima la pelota, que la juega con criterio y fantasía. Un futbolista con recursos. Un futbolista que marca diferencias. Que se cuentan con los dedos de una mano y que pide a gritos más protagonismo en el Real Madrid. Hablamos de Dani Ceballos.
Toda una apuesta madridista en su momento que no logrado hacerse un hueco en el firmamento blanco. Todo un expediente X en La Casa Blanca. Recuperado ya de su grave lesión solo ha contado con 54 minutos. Y eso que Ancelotti aseguró hace unas semanas que el utrerano sería un jugador importante en el segundo tramo del curso. Todo un lujo tener a un jugón calentando el banquillo. Un futbolista que tiene magia en sus botas y que puede desatascar el juego blanco y romper las cerradas defensas rivales con su amplio repertorio técnico.
Con Dani Ceballos no se ha tenido la suficiente paciencia y el Real Madrid está perdiendo un activo. Un jugador que puede sumar más que restar, pero que es incapaz de poderlo hacer si sigue calentando el banquillo. El mayor ejemplo de paciencia merengue se ha tenido con Vinicius, que tras dos años exasperando y rayando a una legión de madridistas, ha visto la luz en este curso. Lo mismo se debería de hacer ahora con Dani Ceballos. Y sobre todo viendo las balas en la recámara de las que dispone Ancelotti para buscar soluciones puntuales en determinados momentos y también para darle respiro al rejuvenecido Modric.
El croata es el único que pone el toque de distinción en la media merengue en donde Kroos es la precisión. Mientras, Casemiro, Valverde y Camavinga son el exponente de la fuerza. Queda Isco. El malagueño protagoniza un declive prematuro, y con los dos pies fuera del club blanco, es una sombra de lo que fue. Ya es solo es capaz de rayar a la altura unos 20 minutos. No está para más.
Ante esta guisa, viendo el calendario y que las piernas y mentes andan ya saturadas tras las pocas rotaciones que ha ofrecido Ancelotti, el jugón Dani Ceballos puede ser un buen reclamo y una fórmula idónea para utilizar en esta segunda fase del curso. Y en vez de estar calentando el banquillo verle brillando en el césped. Ancelotti tiene la palabra.