Real Madrid 3 – 1 PSG: This is Madrid, this is Karim
El Bernabéu, la Copa de Europa, jugando peor, durante algunos momentos fuera de la eliminatoria, tanto en la ida como en la vuelta… This is Madrid. This is Karim.
A cuartos de final. Porque esto es Madrid. Porque ese con el nueve es Benzema. Porque la Copa de Europa es la casa del equipo que viste de blanco. En un partido en el que se llevó un meneo sensacional en el primer tiempo, en el que Mbappé y Verratti parecían dos Globetrotters, el equipo resurgió de sus cenizas gracias a un fallo de Donnarumma y, con un hat-trick de un descomunal Benzema, se planta en cuartos de final de Champions tras derrotar (3-1) al París Saint-Germain. Un partido para la historia.
Y eso que el primer tiempo sirvió para que las carencias del Real Madrid visibles durante toda la temporada maridaran sobre el césped después de que el entrenador destilara un once que, pese a las ausencias de Casemiro y Mendy, no parecía el más adecuado para afrontar una empresa que se vendía como épica pero que no era más que ganar por dos goles (incluso por uno) al PSG.
Decía que las carencias de la temporada maridaron durante el partido, y desde la apuesta de Ancelotti. Alaba central y Nacho lateral, Valverde sobre Verratti y Modric y Kroos, con sus motores rateantes, teniendo que cubrir a campo abierto una barbaridad de terreno. El Madrid salió pujante y altivo al césped, presión adelantada muy cerca de Donnarumma, pero en cuanto Pochettino ajustó a sus tres jugadores del medio y metió a Messi de diez, enganchado y desahogando (e incluso ayudando en defensa, algo nunca visto antes), el balón desapareció de los pies blancos.
La exhibición de Verrati fue descomunal en el primer tiempo: era capaz de aparecer entre sus centrales para ayudar en la salida de balón y de colocarse casi en la media luna del área de Courtois distribuyendo en juego posicional en cuanto al Madrid se le cayó el físico, que fue cuando las apariciones del italiano por todos lados hicieron que Valverde tuviera que parar a recuperar el aliento y Kroos y Modric, reventados ante la amenaza de Achraf y Nuno Mendes, desaparecieran. El PSG era el dueño de la pelota. El dueño de la pelota… y de Kylian Mbappé.
Porque la exhibición del francés fue descomunal. No solo por haber marcado el 0-1 en una cabalgada a la contra (justo en el único rato en que el Madrid tuvo pulso), retratando a un Alaba que en posicional defiende maravillosamente pero en carrera tiene muchas carencias. También porque le fue anulado un gol por un órsay de Nuno Mendes quizás no milimétrico, pero sí centimétrico, y porque con sus arrancadas, con sus combinaciones con Neymar y Messi, parecía flotar sobre el partido. Era una tarántula en una jaula de hormigas. Era el Mbashow de Kylian.
El Madrid, casi como en París, demasiado hacía con sobrevivir. Un par de arreones de Benzema, el empuje de un corajudo Valverde, la capacidad defensiva de Militâo a campo abierto… Pero era demasiado poco. Faltaba creación. Faltaban pulmones. Faltaba desborde. Asensio era un espectro, Vinicius se perdía en esa catarata de protestas tan habitual en él en estos últimos tiempos…
La segunda parte pareció seguir los mismos derroteros, gol anulado a Mbappé tras una jugada para enmarcar del francés… y de repente, con el Madrid más pálido que con la cara empapada de leche desnatada, Donnarumma decidió cometer un error de juvenil, regalar un balón dentro del área pequeña debido a su mal juego de pies y Benzema hizo el empate. 1-1 con media hora por delante, de repente el Bernabéu resucitó y el espíritu europeo apareció sobre La Castellana.
Coincidió el tanto del francés con la entrada de Camavinga, Rodrygo y Lucas Vázquez, tres jugadores mucho más físicos que los que fueron reemplazados (Kroos, Asensio y Carvajal) y eso permitió al Madrid dar un paso al frente apoyado en esa potencia de sus jugadores de refresco. Al PSG, por primera vez en la eliminatoria, le temblaban hasta los pelos del bigote. Tanto, que se volatilizó sobre el césped, aterido de miedo, Verratti sintiendo un doble aliento en el cogote y mucho más apurado.
Y Benzema, que cuando huele sangre es un depredador único, reventó al PSG en dos jugadas consecutivas. Primero tras jugadón y pase soberbio de Modric, para hacer el 2-1. En la jugada del saque de centro, con un genial Rodrygo para hacer el 3-1. El Bernabéu, la Copa de Europa, jugando peor, durante algunos momentos fuera de la eliminatoria, tanto en la ida como en la vuelta… This is Madrid. This is Karim. Y estos son los cuartos de final.