Espanyol - Real Madrid: Vinicius contra Vinicius
Con Casemiro ya en la fría Manchester, Ancelotti está obligado a hacer rotaciones esta noche en Cornellá con el comienzo de la fase de grupos de la Champions en el horizonte.
Llega el Real Madrid al RCDE Stadium de Cornellá-El Prat como un pavo real, o casi. La vida le sonríe. Los títulos caen en cascada, la temporada ha comenzado de forma arrolladora, la profundidad de plantilla hace que la marcha de Casemiro no se haya notado, y todo el vecindario, léase rivales, cae rendido a sus pies. Esta noche (22:00, Movistar LaLiga) le espera el Espanyol, uno de los pocos adversarios que logró encontrarle la yugular al gran monstruo blanco la pasada temporada, ganándole un partido. Será un partido raruno: juega Vinicius contra Vinicius. El del Espanyol contra el del campeón de Liga.
Del Vinicius del Real Madrid hay poco que decir, y si hay que decir algo es más: más desequilibrante, más trascendental, más impactante, más burbujeante y más decisivo. Todo es más. El inmenso paso adelante dado por el extremo de Sao Gonçalo es algo que fue tan inesperado como ahora resulta infinito: porque el chaval (sigue teniendo sólo 22 años) no para de crecer.
Distinto es el caso de Vinicius Souza, ahora ‘Vini Souza’. Tiene un año más que el otro, también es carioca y ha llegado cedido de un Segunda División de Bélgica dispuesto a hacer la mili en LaLiga y quedarse. «El Casemiro perico», le llaman. Las comparaciones son odiosas, pero la parroquia españolista se aferra a él y a un puñado de ex canteranos blancos recién llegados para aferrarse a la Primera División, vista la ‘espantá’ que ha dado la propiedad china del club este verano en el mercado. Joselu, Lazo y Dani Gómez se unen a un equipo del que se marchó otro ex canterano, Diego López; donde otro está en la rampa de lanzamiento, Raúl de Tomás; y donde otro más sobrevive: Leandro Cabrera.
Llega el Madrid a Cornellá, decíamos, como las estrellas de cine a los estrenos: le falta ir envuelto en un abultadísimo abrigo de pieles (eso lo hacía Mijatovic) porque la vida le sonríe, la felicidad es absoluta, lo de Mbappé no ha dejado de ser una anécdota que le ha descubierto al madridismo al villano torpe del Siglo XXI y los resultados acompañan, meciéndose al mismo ritmo que la ceja de Ancelotti.
Un Carletto que, el debut en la fase de grupos de la Champions asoma ya a nueve días vista, estará obligado a hacer rotaciones. Vista la facilidad que tiene el italiano para despistarnos a todos, la apuesta que desde aquí hacemos se parecerá como un huevo a una castaña a la realidad, pero lo normal pudiera ser que Rudiger diera descanso a un central, que esta vez descanse Modric y juegue Kroos (al revés que la pasada jornada) y que Valverde le deje su sitio a un Hazard necesitado de minutos. Rodrygo y Ceballos son dos jugadores que también pelean por disponer de más minutos.
En cualquier caso, el Madrid no debería confiarse en exceso. El año pasado se pegó uno de sus cuatro únicos traspiés ligueros (uno de ellos con el título ya conquistado) ante el Espanyol. Sí, LaLiga española habrá perdido nivel, no puede competir contra la Premier (y menos con unas absurdas normas económicas que limitan la libertad de acción de las empresas), pero aquí el más tonto sigue haciendo relojes.