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Un Atleti infame en defensa hace internacional a la plantilla de un buen Brujas

El equipo de Simeone cayó en Bélgica (2-0) y se complica su futuro en la Champions League tras un partido en el que ni siquiera fue capaz de marcar ni de penalti.

El exbarcelonista Jutglá celebra el segundo tanto del Brujas.

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El Atlético de Madrid se complica de manera muy seria su futuro en la Champions después de perder en Brujas (2-0), en un fantástico partido de Jutglá, que se aprovechó de la infame fragilidad defensiva rojiblanca, y en el que Griezmann falló un penalti.

Fue uno de esos pocos partidos elegidos por Simeone para sacar a Griezmann en el once titular. En esta ocasión, se olvidó de darle al francés la última media hora de juego y el campeón del mundo fue, de largo, el mejor de una primera parte en la que, curiosamente, el Atlético no jugó nada bien, pero gozó de buenas oportunidades para haberse ido al vestuario en ventaja. Y se fue perdiendo.

Tras la buena experiencia en Sevilla, Simeone mantuvo la línea de 4 en defensa y dio entrada a Carrasco en vez de a Saúl en el lado izquierdo del medio del campo. Enfrente tenía a un buen equipo, con jugadores notables que no tienen miedo a nada, pero que no son nadie en el contexto europeo. Hasta que se enfrentaron a este aburrido Atlético de entreguerras que se empeñó en hacer internacionales a futbolistas como Onyedika, Vanaken o Buchanan que casi no los conoce ni Maldini, pero que brillaron a un altísimo nivel.

El balón y la sensación de peligro fueron del Brujas, pero las mejores oportunidades estuvieron en las botas del Atlético. Los belgas arriesgaban y en el minuto 5, uno de sus compatriotas colchoneros, Yannick Carrasco, tuvo el gol en sus botas, pero su buen disparo fue desviado por un defensa del conjunto flamenco. Después llegó otra de Griezmann, que rechazó Mignolet y, en el 25, la de Morata, la más clara de toda la primera parte, gol belga incluido. Un extraordinario pase de Nahuel Molina dejó al delantero madrileño solo, delante del que fuera meta del Liverpool, que se hizo grande para desviar el disparo de Morata. Tuvo que ser gol, pero no lo fue.

Solo cinco minutos después saltaron todas las alarmas en el Atlético porque parecía que Giménez se lesionaba por quincuagésimo séptima vez. No fue él, al menos de momento, sino que fue Marcos Llorente, que, por una dolencia muscular, fue sustituido por Ángel Correa.

Y, cuando parecía que el Atlético había sabido detener el ímpetu del Brujas llegó la jugada del gol belga. Fue en el minuto 35, en una muy buena jugada con el exbarcelonista Jutglá en plan estrella, que se aprovechó de la fragilidad escandalosa de los defensas colchoneros para centrar al área donde, en boca de gol y más solo que la una, Sowah batió a Oblak. Tenía que haberse adelantado el Atlético, pero el eurosopapo del Brujas sonó hasta en el Metropolitano, a 2.000 kilómetros de distancia.

Enésima lesión muscular de Giménez

Lo que se temía sucedió y Giménez se quedó en el banquillo tras el descanso. Una tesis universitaria sería necesaria para entender bien la estrechísima reacción del defensa uruguayo con las lesiones musculares. En su lugar compareció Kondogbia, con lo que Witsel retrasó su posición para recuperar la habitual en su primera temporada en el club colchonero y el Atleti volvió a defender con tres centrales.

Y después de una primera parada de Oblak, el Atlético pareció reaccionar con un par de buenos ataques, disparo desde la frontal de Carrasco incluido, que no llevaron demasiado peligro, aunque sí otro de Griezmann después de una fantástica pared de Correa.

Pero, en realidad, nada había cambiado. Los jugadores colchoneros, y su entrenador, se perdieron con las cositas del árbitro rumano, y se olvidaron de ser contundentes. Así llegó el segundo gol del Brujas, un buen tanto de Jutglá que se aprovechó, de nuevo, que la defensa atlética se había vestido de hermanitas de la caridad. Un desastre absoluto, que dejaba al equipo de Simeone en una situación dramática de cara a su futuro europeo.

Quedaban 25 minutos para solventar el papelón. Y el técnico argentino eligió hacerlo con Cunha por Morata, aunque Ángel Correa fue el que hizo la diferencia con buenísimos controles y algún que otro centro extraordinario, que no encontró premio porque ninguno de sus compañeros creyó en él.

Ni de penalti pudo marcar Griezmann

La esperanza colchonera llegó en el minuto 75 cuando Cunha sí que creyó, se adelantó a Nielsen en el área belga y fue derribado. Penalti claro que Griezmann estrelló contra el travesaño. Ni siquiera de penalti fue capaz de marcar el Atleti, que a los 1o segundos volvió a gozar de una gran oportunidad. En esta ocasión, el galo sí que consiguió el gol, pero estaba, por centímetros, en fuera de juego.

Simeone dio los últimos 10 minutos a Joao Félix y el portugués lo intentó, pero ya no había demasiado tiempo para casi nada. El Atlético realizó algún otro buen disparo, especialmente en las botas del portugués y de Correa, hasta llegar a los 20, pero tan solo tres de ellos fueron entre palos.

Con la victoria del Oporto ante el Leverkusen, el Brujas parece ya inalcanzable, con 9 puntos, por 3 de los otros tres conjuntos. El Atlético necesita ganar, sí o sí, al equipo belga el miércoles en el Metropolitano y prepararse para un fin de fase de grupos de auténtico infarto. Por ahora, sigue dependiendo de sí mismo. En ocho días, ya veremos.

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