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España y Alemania dejan el grupo abierto tras un empate más que justo

Morata adelantó a la selección nada más entrar en el terreno de juego, aunque Alemania, que estaba fuera del Mundial, hizo gala de empuje y cerró unas tablas muy merecidas.

Morata celebra el gol español ante Alemania.

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España y Alemania han empatado (1-1) en la segunda jornada del Mundial, con lo que las espadas están en todo lo alto para el cruce final. España lidera el grupo, aunque los cuatro equipos, incluido Alemania, tienen opciones de pasar.

Luis Enrique cumplió a medias con lo que advirtió en la previa del encuentro. El seleccionador español dijo que era muy raro que repitiera once en dos partidos consecutivos y que no sacaría el mismo equipo titular. Y tenía razón, pero por poco. Solo Carvajal por Azpilicueta en el lateral derecho. El resto, los mismos que escribieron una lección memorable frente a esa Costa Rica que, por la mañana, se impuso a Japón (2-0) para igualar un poco más al grupo y para dar mayor relevancia a la exhibición del miércoles.

Evidentemente, Alemania no es Costa Rica. Ni la buena ni la mala. Es una selección más débil que en anteriores competiciones, pero con cuatro estrellas de campeón del mundo en la camiseta. Y eso se notó desde el principio. España y Alemania juegan a lo mismo. Presionan muy alto y quieren sacar siempre el balón jugado desde atrás. Y, haciendo cosas muy similares, no pararon de bloquearse, por lo que, en la primera parte, no destacó ningún jugador de los 22, si acaso el jovencísimo alemán Musiala, más brillante que Pedri y Gavi.

Aún así la oportunidad más clara de toda la primera parte fue española. Corría el minuto 6 cuando un tremendo zambombazo de Dani Olmo fue despejado por Neuer al palo. El latigazo del jugador español del Leipzig apenas dejó margen de reacción al portero del Bayern, pero el capitán germano brilló en una jugada que bien podía haber desequilibrado el encuentro.

Tras unos primeros minutos de tanteo, el encuentro cayó en la imprecisión general, especialmente eso sí, por el lado español, con muy poca participación de los atacantes de Luis Enrique. Hubo, es verdad, tres claras oportunidades, una para España, que Ferrán Torres había mandado inexplicablemente a las nubes cuando no tenía oposición y dos más para Alemania, una buena parada de Unai Simón y un cabezazo a las mallas del madridista. Pero las tres ocasiones estuvieron precedidas de fuera de juego, por lo que el marcador llegó al descanso en tablas.

Eso sí, cualquier balón por alto en el área española era sinónimo de peligro absoluto y, al contrario, los cinco saques de esquina de que dispuso el equipo de Luis Enrique en los primeros 45 minutos no provocaron problema alguno.

Al primero que no le estaba gustando demasiado el partido era, claro, a Luis Enrique, que no esperó prácticamente nada a hacer el primer cambio, cuando Morata entró por un desacertado Ferrán Torres en el minuto 54. Asensio, hasta ese momento jugando en la posición de falso nueve, se fue a un ala del ataque para dejar al colchonero el centro del ataque. Pero la imprecisión continuaba.

Y los nervios para los españoles, también. El infarto estuvo a punto de llegar en el minuto 56 cuando Unai Simón demostró en diez segundos lo que es. Un pase imposible a Pedri propició una fantástica ocasión alemana, pero el disparo de Kimmich se encontró con la fenomenal estirada del cancerbero del Athletic.

Morata sigue marcando con la selección 

Si algo hay claro en este mundo es que Morata tiene gol, especialmente con la selección, pero tiene gol. Le bastaron siete minutos para aprovechar un buen pase de Jordi Alba y, con el exterior y de primeras, sorprender a Neuer para marcar un gol absolutamente trascendental. Con la ventaja en el marcador, se abrió la lata y ambos equipos se fueron al ataque. Los alemanas, en tromba, y los españoles, a la contra, como en esa fantástica ocasión que erró Marco Asensio al borde del área germana.

Justo después de esa acción, Asensio y Gavi se fueron al banquillo para dar entrada a Koke y a Nico Wlliams. La idea era mantener más el balón en el centro del campo y aprovechar la velocidad del extremo del Athletic a la contra. Pero no pasó ni una cosa ni la otra y Musiala volvió a ser una pesadilla para la defensa española. Solo el muro que suponía Unai Simón evitó el empate alemán después de un disparo del talentoso atacante del Bayern que el portero español rechazó con el brazo derecho.

Füllkrug fusila a Unai Simón para empatar el partido

Cinco errores consecutivos de Rodri en defensa sembraron la desconfianza en la zaga española y Alemania trató de aprovecharlo a base de garra y empuje. Y el gol alemán, que tenía que llegar, llegó. Fue en el minuto 82, cuando Füllkrug fusiló a Unai Simón dentro del área después de un nuevo error en la salida de balón de España, en esta ocasión, causada por un Balde que había entrado en sustitución de Jordi Alba diez segundos antes.

El gol hacía justicia en el marcador y le dio un plus de energía a un conjunto alemán que se veía fuera del Mundial a las primeras de cambio. Se decretaron seis minutos de prolongación y hubo un momento en el que ambos equipos se dieron cuenta de que un empate no era del todo malo y que no era cuestión de hacerse más daño pudiéndoselo jugar todo el próximo jueves.

El corazón de los españoles se detuvo cuando, a falta de tres minutos para la conclusión, Carvajal se equivocó cediendo un córner inocente que, afortunadamente, concluyó sin peligro, pero con los nervios de los jugadores españoles. Y el partido concluyó con un nuevo córner después de que el egoísmo de Sané nos hiciera un favor. Unai Simón atrapó el balón y todos, más o menos, felices.

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