Courtois acrecienta su leyenda y se convierte en un reputado parapenaltis
Antes de llegar al Real Madrid, el portero belga detenía el 20% de los penaltis que le lanzaban. Ahora, con la ayuda de Luis Llopis, es capaz de detener el 30% de los que le disparan
Cuando Gayá, capitán del Valencia, se dirigió al punto de penalti para intentar transformar el quinto disparo de la tanda de la primera semifinal de la Supercopa, Thibaut Courtois, guardameta del Real Madrid, no movía un músculo y se mantenía concentrado. El larguirucho (dos metros de altura) portero sabía que desbaratar lanzamientos desde los once metros se ha convertido en una de sus especialidades desde que aterrizó en el Santiago Bernabéu procedente del Chesea. El belga atajó el chut y con esa parada, además de con otras tantas durante el partido, metió a los de Ancelotti en la final del domingo.
Que Courtois es un portero magnifico es algo reconocido desde que el guardameta, nacido hace 30 años en Bree (Bélgica), militaba en el Atlético de Madrid, donde cuajó temporadas memorables. Pero tenía un par de déficits. Los balones laterales (que se lo digan a Modric y Sergio Ramos en Lisboa) y los penaltis. Hasta llegar al Real Madrid, Courtois había tenido que situarse bajo palos en 29 ocasiones para tratar de detener una pena máxima rival. Seis no acabaron en gol, el 20,5 por ciento.
Una mejora gracias a Llopis
Pero desde que viste de blanco, su porcentaje de acierto se ha incrementado considerablemente. A Courtois le han fusilado con 23 penaltis, y ha logrado parar siete. Un 30,4% de acierto. Una barbaridad. En estos datos no se incluyen las tandas, como la vivida anoche en Riad, donde sólo tres de los cinco lanzamientos valencianistas acabaron en gol.
Parte de la culpa de la mejora de Courtois desde el punto de penalti la tiene Luis Llopis, el preparador de porteros del cuerpo técnico de Carlo Ancelotti desde la pasada temporada. Anteriormente, Llopis ya estuvo en el Real Madrid, con Zidane, y fue el encargado de conseguir que Keylor Navas pasara de ser un buen portero a un titán protagonista del trío de Champions Leagues consecutivas del equipo blanco.
Los métodos de trabajo de Llopis son revolucionarios. No tanto por los ejercicios específicos sobre el campo, que también, sino por la metódica preparación que lleva a cabo con los guardametas del equipo: sesiones de vídeo, estudio de los rivales, mejora de movimientos bajo palos... Gracias a su método, el método Llopis, Courtois es ya un reputado parapenaltis. Que se lo pregunten a Gayá.