Vinicius desata una guerra en el fútbol español: un ángel o un demonio
La polémica envuelve al delantero brasileño del Real Madrid. La mitad de los aficionados le tilda de provocador mientras la otra mitad acusa al resto de comportamientos racistas.
¿Ángel o demonio? De repente, desde justo antes del parón mundialista, con aquel Real Madrid-Cádiz en el que Vinicius, futbolista brasileño del equipo blanco, se las tuvo tiesas con Iván Alejo, jugador del club amarillo, LaLiga es sólamente un Vinicius contra el mundo. En todos los partidos que el actual defensor del título juega lejos del Santiago Bernabéu, hay polémica con el carioca. La mitad de los aficionados le tilda de provocador, la otra mitad acusa al resto de arremeter contra el brasileño por motivos racistas. Pero la polémica no cesa y nadie hace nada por remediarlo.
Enfrentamientos con Alejo, con Maffeo, con Raíllo y con todo el que se le cruza por el camino; la vergonzosa pancarta de los ultras del Atlético en la que aparecía ahorcado y que excedió los límites de lo tolerable; Ancelotti, Modric y Kroos, por poner tres ejemplos, tratando de centrar a Vinicius sobre el césped para que no se enfrasque en enfrentamientos inútiles que sólo perjudican a su equipo... pero sin suerte. Cada cual tiene sus razones a favor y en contra. Pero la polémica no cesa.
Le buscan y le encuentran
Que Vinicius es un jugador muy habilidoso y que ese tipo de jugadores, desde que los balones son redondos, son frenados a base de agresividad y faltas es una obviedad. Que además el 20 del Real Madrid es de sangre caliente y ha demostrado en estos últimos tiempos que le gusta más un sarao que a Lola Flores y el Pescaílla, también. Así que los rivales le buscan y saben que le van a encontrar. Y Vinicius sabe que le van a buscar y les está esperando. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Hay cosas que le sobran a los rivales cuando se enfrentan a Vinicius. Por ejemplo, los gestos de ayer de Maffeo, jugador del Mallorca, diciéndole que es un llorón. O los de Raíllo, también ayer, señalándose el escudo del club bermellón en la cara del brasileño. A Vinicius también le sobran detalles, aunque pueden entenderse por el calentón nuestro de cada partido. Es difícil encontrar una toma televisiva en la que el brasileño no ande insultando a su par. O intentando soliviantar al público que se enerva con sus gestos.
Es un ángel o es un demonio. O quizás es que sea las dos cosas en una. Es Vinicius. El hombre que se ha convertido en el epicentro de LaLiga y que ha conseguido entender como nadie el eterno debate de las dos Españas. O le odias o le amas. ¿En qué bando estás tú?