Real Madrid 4 - 0 Elche: El Madrid gana a medio gas en el show de Rodrygo Goes
No marcó, pero el brasileño fue el mejor de largo de su equipo. Goles de Asensio, Modric y doblete de Benzema desde el punto de penalti con la que está cayendo
Dos goles de Benzema de penalti, con la polémica arbitral que está cayendo, más sendos tantos de Asensio y Modric al comienzo y al final. El Real Madrid derrotó sin problemas al Elche (4-0) para retomar el pulso liguero, lejano pero pulso, con la mente en Liverpool y Rodrygo Goes dejando una exhibición de sus condiciones. Qué bueno es este chico.
Siempre ha tenido que vivir bajo la sombra de Vinicius Junior. Nadie dice de él que es habilidoso, encarador y un driblador impertinente. Nadie le remarca como uno de los mejores futbolistas del mundo ni se echa las manos a la cabeza si no aparece en listados de finalistas de premios individuales. Nadie le señala en los campos para convertirle en diana de insultos racistas, ni le critican por bailar, ni por tener presuntas amantes televisivas. Se llama Rodrygo Goes es el dorsal 21 del Real Madrid y es una maravilla de futbolista que no tiene el renombre que deberia.
Rodrygo, nombre que procede del alemán "hrod" y que significa "gloria", fue el hombre talismán de la Décimocuarta la pasada temporada. Pero el foco siempre cae en otros. Ante el Elche, el paulista cuajó un partido sensacional, plagado de buenas acciones ofensivas y de esfuerzo en beneficio del colectivo. Sin estridencias ni alharacas. Sólo le faltó el gol, pero este chico es fantástico y un activo sobre el que el Real Madrid debería edificar su futuro. Sin dudarlo.
Aquí, ya lo saben, le llamamos El Niño Maravilla. Y demostró sus condiciones, todas, en el partido aplazado ante el colista. Sólo le faltó el gol, pero eso es lo de menos. Porque hizo olvidar a Vinicius. Conducciones, desmarques, habilidad entre líneas, asociación, rapidez, empuje, intensidad... Un filón. Este chico es un filón, aunque el rival tampoco es que pusiera en excesivos aprietos a un Madrid necesitado de oxígeno para engancharse a la Champions, demasiado lejos en LaLiga.
Menos aún porque el Madrid embocó la primera ocasión de la que dispuso, con un buen gol de un Asensio que aprovechó la falta de colmillo de la defensa del equipo ilicitano, conocedor que su Liga, si es que la tiene, va por otro lado y que matarse en busca de un milagro no tenía mucho sentido. Así que el balear metió un gran tanto, mientras las noticias sobre su posible renovación se espacian cada día más.
El primer tiempo acabó 3-0 porque, en el día de la noticia de la polémica arbitral, el Madrid se vio agraciado con dos penaltis a favor, tan claros como absurdos. Así que Benzema, que sobre el campo parecía cualquier cosa menos un futbolista al cien por cien, casi siempre renqueante, materializó los dos lanzamientos.
Sobró el segundo tiempo, si no fuera por las ganas de Rodrygo Goes, de El Niño Maravilla. Todo lo que hacía era con intención, con el colmillo afilado, intentando agradar en cada jugada, intentando animar un partido que se había convertido en un sopor, hasta el nuevo césped del Bernabéu, tras el tercer cambio de la temporada, estaba deseando acostarse. Llegó Modric y pulverizó el cuarto. Que nadie se engañe: lo mollar es el Liverpool, la semana que viene, en Anfield.