Xavi y Ancelotti se la juegan en un Clásico copero que es purita dinamita

No es un Clásico cualquiera, y no sólo porque sea una eliminatoria, unas semifinales de Copa del Rey. Real Madrid y Barcelona se enfrentan el jueves en el Santiago Bernabéu en la ida de la penúltima ronda del torneo del KO con sus dos entrenadores en peligro real. El técnico cuyo equipo quede apeado de la final por su archirrival tendrá un clavo más en el contrachapado del ataúd que todos los entrenadores llevan a cuestas. Este Clásico es purita dinamita.

Y no por los chiles con carne de Rosita, que cantaran Dinamita pa' los Pollos hace ya unas cuantas décadas. A la rivalidad existente entre ambas hinchadas, que roza el paroxismo, mitigada por la entente cordiale que mantienen las directivas de ambos conjuntos para ir de la mano en su lucha para instaurar la Superliga, se une el delicado momento que atraviesan sus dos preparadores, dos ganadores, Xavi Hernández y Carlo Ancelotti.

Xavi, el deseado, ha visto cómo la eliminación en la Europa League ante el Manchester United, el segundo fracaso europeo del Barcelona esta temporada, le ha dejado muy tocado, y la derrota posterior ante el Almería, cuando podía haber sentenciado LaLiga, ha hecho saltar las alarmas: la prensa probarcelonista ya se ha encargado de airear que el puesto del de Terrassa peligra y que sólo un doblete Liga-Copa le permitiría seguir en el banquillo azulgrana la próxima campaña. Un doblete que pasa, claro, por eliminar al Real Madrid en semifinales.

No vive más tranquilo Carlo Ancelotti, pese a que bajo el arco de su ceja cohabitan dos Champions League y a que es el último campeón de Liga. El runrún acerca de una posible oferta de la Confederación Brasileña de Fútbol para hacerse cargo de la canarinha a partir de junio es insistente. El Real Madrid se encarga también de filtrar que la etapa del italiano está tocando a su fin y que entre Raúl, Arbeloa y Pochettino saldrá su reemplazo... Sólo los títulos podrían evitar una destitución a final de temporada (le queda un año más de contrato) y de momento, va bien: segundo en Liga, virtualmente clasificado para los cuartos de final de la Copa de Europa tras el 2-5 en Liverpool y las semifinales de Copa.

Un asidero

Así pues, la Copa del Rey se ha convertido en un asidero para los entrenadores de los dos equipos más importantes de nuestro fútbol, los que van de la mano en el caso Negreira y en la creación de la Superliga, dos de las cuatro únicas entidades del fútbol profesional que siguen siendo clubes deportivos y no sociedades anónimas. Las mismas a las que no les temblará el pulso para poner a uno de los dos en la calle en caso de eliminación copera. Purita dinamita.