Memphis y Carrasco ayudan a que el Atlético le pegue un meneo al Manchester City
El equipo del Cholo se carga al campeón de la Champions y de la Premier tras un magnífico partido de los rojiblancos, primero impidiendo el juego de los de Guardiola y luego ajusticiándoles
Es cierto, es pretemporada. Pero ahí queda eso. 'Ahí' es Corea, en Seúl, donde el Atlético enterró fantasmas del pasado derrotando al Manchester City (2-1) en un excelente partido de los rojiblancos: intensos, precisos y contundentes. El pasado está repleto de pretemporadas que invitaban al optimismo y quedaron en fuegos de artificio, pero este triunfo es de prestigio, de ley, de los de verdad. Se desata el estado de optimismo en el Metropolitano, y con razón.
Que el partido era de fuego real lo demostró el hecho de que Oblak, cuatro meses después, volvió a jugar. Y tardó cuatro minutos en que Haaland le calentara los guantes. Azpilicueta y Lino controlaban los carriles rojiblancos, la apuesta por ellos parece ya definitiva, y Soyuncu se estrenaba como titular.
El City, como es obvio, aglutinó la posesión en un césped en perfecto estado pese a que el partido se retrasó 45 minutos debido a que el cielo coreano se derrumbó sobre las cabezas de los jugadores justo antes del incio del choque, que incluso estuvo a punto de suspenderse. Un disparo de Julián Álvarez en un partido en el que Soyuncu demostró que, en un nuevo partido sin Giménez ni Savic, otra vez lesionados o enfermos, puede tener minutos de calidad en el equipo del Cholo.
La sentencia
Poco a poco, la tela de araña de Simeone, que sólo permitía al City intentar encontrar espacios por los costados, se fue estirando. Dos ocasiones de Morata (un remate alto, un balón que se dejó atrás) fueron los primeros destellos ofensivos de un Atlético en el que Griezmann empezaba a brillar. Llegaron los goles de verdad, tras dos anulados (a Rodri y a Lino) tras el descanso, tras muchos cambios. Y uno de ellos, Memphis, fue el encargado de anotar el 1-0 para los rojiblancos tras combinar en perfecta pared con Correa. El Atlético iba en serio. Muy en serio.
No pasaron ni diez minutos y Carrasco demostró por qué Simeone no quiere que se vaya nunca: diagonal de videoteca, latigazo a la red para el 2-0. El City recortó en una jugada a balón parado muy mal defendida por los rojiblancos, todavía hay que mejorar. Pero el Atlético tiene motivos para creer.