El Barcelona mete tres goles y el Madrid pega cinco palos: así fue el Clásico
El equipo de Xavi Hernández aprovecha sus ocasiones ante los de Ancelotti, negados ante el gol pese a que remataron muchas más veces y se toparon cinco veces con la madera
El resultado es el que fue: 3-0 a favor del Barcelona. Pero que es un resultado engañoso, tambeintién. El equipo azulgrana le metió una goleada al Real Madrid en un partido en el que, salvo los veinte primeros minutos y los cinco últimos, fue zarandeado por los blancos. Pero mientras que los de Xavi tuvieron una pegada demoledora, los blancos pecaron de una falta de puntería alarmante y de una mala suerte digna de un exorcista: hasta cinco remates a los palos y un penalti fallado. Los goles de Dembele, Fermín López y Ferrán Torres fueron los que contaron, así que el madridismo brama: que venga Mbappé. Como si el francés fuera la solución de algo.
El Barcelona salió mucho más intenso al campo ante un Real Madrid que sigue buscándole las costuras al 4-4-2 en rombo de Ancelotti, pero no las encuentra: los laterales tienen que abarcar muchismo espacio y Mendy no está para estos trotes; Bellingham tiene que ejercer de box to box en toda la extensión de la palabra (defender en su corona del área y llegar a rematar cada jugada en ataque) y el equipo tiene forma de embudo, se atasca y Vini y Valverde pasan inadvertidos.
Si encima el rival sale más enchufado, pasa lo que pasa: que tras un aviso de Oriol Romeu, que disparó al larguero, Dembele machacó la apatía de Mendy marcando el 1-0 a los catorce minutos. El tanto azulgrana no despertó al Madrid, pese a que dispuso de un penalti a favor por mano de Araujo. Disparó Vinicius, que no tira penaltis ni en la PlayStation, y el resultado fue el primero de los cinco tiros a la madera del Madrid en el partido: al larguero.
Mendy fue una rémora.
El Madrid sufría sobre todo con Balde y Dembele, Mendy fue una rémora hasta que se lesionó. Pero supo hacerse con el balón una vez maniató a De Jong, y comenzó a cargar sobre el área de Ter Stegen, con su nuevo peinado de estudiante de American Pie. Todo sucedía a velocidad de vértigo: amarillas, una casi roja a De Jong, tánganas, broncas, lesiones (Christensen, Gündogan, Mendy), un chutazo al larguero (otro) de Vinicius...
El descanso le sentó muy bien al Madrid, mejor colocado sobre el campo y ya con Fran García, así que jugaba con once, lo cual es un detalle. Tchouameni y Rodrygo volvieron a toparse con el larguero, y el Madrid iba e iba contra un Barcelona que apenas acertaba a defenderse del acoso blanco, con Modric y Kroos, que fueron suplentes, en la sala de máquinas de nuevo, como antaño. Vinicius se tropezó con el quinto palo de la noche para los blancos, el Madrid se desesperaba y en el tramo final el chaval Fermín López y el dudoso Ferrán Torres sentenciaron a los de Ancelotti, hartos de tanto palo. Normal. La falta de puntería del Madrid fue su sentencia.