Mbappe, Ramos, Messi y Neymar: la jaula de oro del PSG se queda sin puertas
L'Equipe anuncia que el brasileño le ha pedido a los dueños del club marcharse este mismo verano al Barcelona. El equipo parisino pierde toda su grandeur en dos meses horribilis
Al PSG le crecen los enanos. Pero no un poco, no. Cada enano que le crece se convierte, como poco, en Lebron James. El club parisino, el más glamouroso del planeta futbolístico hace apenas doce meses, es ahora mismo una cárcel tailandesa, con todo el mundo que está dentro tratando de escapar desesperadamente. Si Lionel Messi y Sergio Ramos vieron cómo fueron los propios carceleros los que decidieron sacarles de prisión, desde el pasado mes de junio tratan de escapar por sus propios medios Kylian Mbappé, Marco Verratti y, desde ayer, Neymar según adelantó L'Equipe pero desmintió el padre, asegurando que es una opción existente desde junio.
Es un desastre con mayúsculas. El rotativo parisino informaba que Neymar, el jugador que dio el pistoletazo de salida al asalto de mercado del PSG allá por el verano de 2017 a cambio de 222 millones de euros (todavía son el récord absoluto de un traspaso), le habría pedido a la dirigencia del club parisino marcharse durante este mes de agosto del club para regresar... al Barcelona. Un Barcelona, recordemos, que anda más tieso que la mojama, con severos problemas económicos y del que se rumorea que podría perder a Gündogan, su fichaje (a coste cero, eso sí) de este verano si no encuentra liquidez para poder inscribirle en LaLiga, cosa que aún no pudo hacer.
Más allá de las disquisiciones del Barcelona, que dan para un serial, lo del PSG es también para un megahit en una plataforma OTT cualquiera, elija su favorita. Cuando acabó la temporada, la propiedad de la entidad parisina decidió que Leo Messi y Sergio Ramos no renovarían su contrato con el club y desde el 30 de junio serían libres. Decisión empresarial arriesgada pero relativamente comprensible ante el enésimo fracaso europeo de un PSG que en Europa sigue sin tener peso competitivo, no digamos ya si hablamos de títulos.
Lo que nadie contaba es que Kylian Mbappe y Marco Verrati pidieran marcharse del club ese mismo mes de junio. El francés ahí anda, apartado del equipo mientras se desenacalla su fichaje por el Real Madrid (o no, que cualquiera sabe con este chico y el amor al dinero de su familia) y el segundo, que estaba finiquitado, tiene encandilado al nuevo entrenador parisino, el ex seleccionador español Luis Enrique, por lo que podría gozar de una vida extra. Y menos aún nadie esperaba lo de Neymar, haya pedido salir o no, algo que dejaría al PSG sin una pizca de grandeur.
Muchos refuerzos, poca grandeur
Porque el PSG está reforzando al equipo en todas sus líneas pero ya no a base de soltar el talonario, comenzar a poner ceros y enterrar a cualquier jugador en euros. No. Ahora las cosas son distintas. Ayer mismo se supo que el cuadro parisino ha cerrado la contratación de Gonçalo Ramos, el delantero del Benfica, por 80 millones de euros. Su fichaje más caro el verano. Antes había fichado al uruguayo Manuel Ugarte (Sporting de Lisboa, 60 millones), al francés Lucas Hernández (Bayern, 45 millones de euros), al francocamerunés Hugo Ekitiké (Stade Reims, 28,5 millones), al surcoreano Kang-In Lee (Mallorca, 22 millones), al holandés Xavi Simons (PSV, 4 millones) y a los agentes libres Asensio (Real Madrid), Arnau Tenas (Barcelona B), Milan Skriniar (Inter) y Cher Ndour (Benfica B). Diez jugadores por poco más que el precio de un Neymar.